martes, 22 de octubre de 2019

¿Quieres disfrutar de un fin de semana de tapas, con buena música gratis y un bonito paisaje otoñal? ¡Visita Aranjuez!

¿Te quedaste esperando la publicación de la semana pasada? Si es así... lo siento. Y lo lamento doblemente porque en esta ocasión tampoco voy a venir dos veces para compensar.

La verdad es que tenía una idea clara de lo que quería compartir y me ha sorprendido ver cómo, casi sin darme cuenta, todo se fue "torciendo" hasta llegar a hoy y ver que se me han ido los días y no me ha dado tiempo a redactar nada. Será que no debía publicar aquello (al menos no en este momento). Y esta semana, que sigo liada, voy a aprovechar para hacerte una invitación. 

¡Visita Aranjuez este fin de semana! 

Te doy tres razones, entre otras muchas, por las que deberías animarte a preparar esa escapada:
  • Todavía puedes disfrutar del III Tapeando Aranjuez.
  • Se celebra el XXXI Festival de Música Plectro "Villa de Aranjuez" y eso significa la oportunidad de disfrutar de dos fantásticos conciertos gratuitos, que se celebrarán a las 19:00h, en el Auditorio Joaquín Rodrigo del Centro Cultural Isabel de Farnesio.

  • Estas fechas son ideales para pasear por los jardines y contemplar la cara más bonita del otoño.
Y mientras... yo voy a ver si busco (y encuentro) las razones por las que debería regresar por aquí (que no me veo muy motivada).

sábado, 12 de octubre de 2019

¡Una Huella Para Siempre! David On Our Mind

Si hace unos días venía con una nueva reflexión sobre mi endometriosis, hoy voy a cambiar radicalmente de tercio para hablarte del concierto al que acudí el pasado sábado, día 5 de octubre.

La verdad es que tenía la fecha comprometida, para irme a los cultos a la Santísima Virgen del Olvido Triunfo y Misericordias que se celebran en el convento de las Concepcionistas Franciscanas que están en Blasco de Garay, pero el corazón (siempre en armonía con la razón) manda y yo sentía que mi sitio era quedarme en Aranjuez rindiendo con mi presencia un homenaje póstumo a David Pérez Rodríguez. Os dejo una pequeña crónica del acto al que asistí.

Reseña del concierto:
Aranjuez. Auditorio "Joaquín Rodrigo" del C.C.Isabel de Farnesio. 5/10/2019. Captain Street Big Band. 
En Aranjuez, por estas fechas, es habitual estar esperando ya el Festival de Música Plectro que se celebra en nuestra ciudad cada otoño y que tiene como anfitriona a la orquesta de Pulso y Púa Vicente Aleixandre. Sin embargo este año será algo diferente. Los árboles han empezado a perder sus hojas mientras muchos seguimos derramando nuestras lágrimas para aliviar la pena que nos da saber que en esta ocasión faltará un pilar importante de la música arancetana: David Pérez Rodriguez. Él era el director de dicha agrupación; tenía la plaza de profesor de bandurria de la Escuela Municipal de Música "Joaquín Rodrigo" de Aranjuez; colaboraba con quien lo reclamaba y era un músico importante en la Captain Street Big Band, que el otro día quiso organizarle un emotivo homenaje.

El acto estuvo divivido en tres partes: una primera en la que quisieron participar algunos de sus alumnos y profesores, compañeros de la escuela de música; la segunda ofrecida por el combo BBC&D; y, por último, la Captain Street Big Band, quien se encargó de cerrar el concierto.

Era evidente la conmoción de todos los allí presentes, público y músicos. Se trataba de un concierto donde lo más destacado fue la exposición compartida de lo mucho que David había aportado a sus vidas y el recuerdo que se hizo de él a través de aquello que más le gustaba: la música. Aunque también debemos reconocer que, cuando era posible, no desaprovechaba la oportunidad de compartir una cervecita y un rato de encuentro. Se resaltó su generosidad, su responsabilidad, su altruismo, su firmeza y seguridad en el escenario pero, sobre todo, hubo unanimidad en algo: siempre será querido. 

La calidad musical, que fue de menos a más y nunca resultó mala. creo que, en mi opinión, podría quedar esta vez en un papel secundario. Hay que ser muy profesional para salir a cantar o tocar cuando se tiene el estómago encogido y la mente sobrepasada por los recuerdos. Sin embargo ellos los hicieron y, al margen de los fallos cometidos o los nervios transmitidos, lo más importante fue el amor tan grande que ese acto encerraba y que se nos regaló. No tiene precio el hecho de que un grupo de personas, en sus horas más bajas porque han perdido a un amigo (además de un buen compañero), se ponga al servicio del público asistente para recordarnos que podremos dejar de estar físicamente pero nuestro espíritu dejará un huella difícil de borrar en los demás. Y así se vivió en el auditorio.

Dentro de la aflicción fue una alegría poder compartir una tarde de buena música, teniendo la certeza de que escuchamos los temás que mejor reflejaban los sentimientos de los interpretes en esos momentos y los que más le gustaban al homenajeado. Sonaron, entre otros, Moon River, Over the Rainbow, Alfonsina y el Mar, Si tú no estás aquí... así como también tuvimos la suerte de escuchar un estreno mundial.

Que el acto del otro día no sea un gesto aislado sino que todos los amantes de la música, especialmente los que hemos tenido la suerte de compartir escenario con David Pérez Rodriguez, podamos recordarlo cada vez que nos dispongamos a hacer sonar nuestros instrumentos.

David Perez, in memoriam

martes, 8 de octubre de 2019

Mi endometriosis y yo. Sufro y acepto. Capítulo 3.

Sé que esta publicación viene con algo de retraso pero, como no hay mal que por bien no venga, para compensar intentaré aparecer por aquí dos veces esta semana.

Hace más de tres años escribía el segundo capítulo dedicado a hablar de una enfermedad que me lleva acompañando media vida y hoy vuelvo con una nueva reflexión sobre mi endometriosis (puedes ver las otras en este enlace: http://cosasdemago.blogspot.com/search/label/endometriosis). Quien la padece sabe bien lo mucho que se puede sufrir aunque a mí siempre me ha gustado más intentar aceptar lo malo que me ha traído y tirar para adelante (y ojo que no me resulta fácil, hay que perseverar) que encerrarme en mí misma y lamentarme (algo que también hago a veces eh, que soy humana). 


El jueves pasado tuve mi última revisión y parece ser que todo sigue igual. Hubo un momento en la consulta en la que el médico, porque yo pedí dejar las pastillas que estoy tomando, me hablaba de la mala suerte que he tenido al tener que cargar con esta dura enfermedad llamada endometriosis, que él intentaba ofrecerme los recursos que conocen y que creen que pueden darme calidad de vida antes de tener que resignarme a dejar todo en manos de Dios y que fuera lo que Él quisiera. Yo le dije que ahora mismo estaba en ese punto, que quería abandonarme a la Providencia y que incluso había muchos días en los que, a pesar de todo, daba gracias por tener que padecer esta enfermedad. Y puede que tu cara ahora mismo tenga el mismo gesto de sorpresa que puso él. Su reacción, evidentemente, fue preguntarme que por qué decía eso y yo, brevemente, le respondí que porque también de lo malo uno tiene la oportunidad de aprender. ¿No crees tú lo mismo? ¿No intentas sacas aprendizajes buenos de las situaciones malas?

Así que, ahora, aprovechando que tengo este espacio, me gustaría profundidar un poco en todo eso por lo que doy gracias. Quiero compartirlo contigo por si puede ayudarte de alguna manera. Yo lo hago con mi endometriosis pero si a tí te ha tocado otra cosa (porque aquí hay para todos) también puede servirte.

Desde el punto de vista físico me siento agradecida a la enfermedad porque, aunque haya perdido una trompa y el ovario por el camino, lo que me quede esté en un estado lamentable, la estenosis siempre ande acechando, tenga náuseas casi a diario y a los dolores también les guste formar parte de mi vida..., soy plenamente consciente de que las dos intervenciones que he tenido han ido bien y ya es un regalazo, lo que podría empeorar se mantiene, no siempre suelo llegar a vomitar y el dolor es todavía soportable. Por todo ello, aunque a veces pueda parecer lo contrario, doy muchas gracias, de verdad. Aún así a veces también me rebelo como el otro día en la consulta. Prefiero tomar antiinflamatorios antes que anticonceptivos y acabar con una úlcera de estómago antes que con una depresión (u otras cosas).

Por supuesto, tomar este tipo de decisiones no es algo que yo decida al tran tran, de la noche a la mañana, no, no es así, lleva detrás muchas horas de meditación que en mi caso, desde hace años, la realizo a través de la oración cristiana. He descubierto cómo ponerme en manos de Dios no soluciona mis problemas pero sí que me ayuda a llevarlos mucho mejor.


Desde el punto de vista mental me siento agradecida porque a pesar de tantos y tantos años de sufrimiento, de tantas renuncias, de tanto desajuste hormonal, creo que todavía conservo la cabeza más o menos lúcida. Eso sí, cuando he visto que seguir se me hacía demasiado cuesta arriba, no me ha dado miedo ni vergüenza tener que acudir a buscar ayuda. La verdad es que también doy gracias por esa psicóloga que ha sabido acogerme cuando llegué a ella con los tres pilares básicos del ser humano tocados (salud, trabajo/dinero y amor). Confío en recuperar pronto la seguridad que muchos me han ido quitando aunque fuera sin darse cuenta. ¡Cuidado siempre con lo que se hace y lo que se dice! Lo comentaba por aquí el otro día: podemos pensar que estamos haciendo un bien a alguien y en realidad lo que hacemos es causar más daño. Es muy fácil juzgar cuando no se lleva el zapato del otro. Si no comprendes una situación lo mejor que se puede hacer es guardar silencio y ofrecer tu apoyo por si te necesitan en algún momento. 

Menos mal que también doy gracias porque las horas de oración y las conversaciones con sacerdotes me están alentando a la hora de tener que ir contracorriente y no dejarme llevar por el ritmo que la sociedad intenta imponer. ¡Bendita sea la Madre de Dios que, en su advocación de María Santísima del Rocío, es mi motor! 


Desde el punto de vista espiritual es desde el que más agradecida me siento. La enfermedad no ha sido sino el trampolín para querer abrazarme a los brazos de Aquel al que yo, en última instancia, le debo la Vida. Mi endometriosis y otras muchas piedras que acompañan mi camino me invitan a mirar a la Cruz en la que Cristo murió por salvarme a mí y yo, viéndole a Él, le digo... ¿de qué me voy quejar si mira cómo acabaste tú?

Vivir es ir renunciando a todo progresivamente y cuanto más intentemos aferrarnos a lo que tenemos, o a lo que nosotros queremos, más duele. Yo he llegado a un punto en el que muchos días pienso: "Mira Padre, si tengo que sentirme azotada por esta enfermedad, si eso me produce dolores de cabeza y de cuerpo entero, si siento que es como llevar ese lastre con el que voy a morir... ¡ayúdame! A mí a veces ya todo me pesa demasiado, no puedo más, a la endometriosis se le juntan otras cosas y tengo días en los que me desespero. Yo sé que, aunque no entienda tu plan, quiero confiar en Ti y responderte, como María ante el Ángel Gabriel (al dar su sí) o Jesús en Getsemaní (entregándose libremente por amor a Ti y al hombre), que se haga en mí según tu Palabra, que se cumpla tu voluntad y no la mía. Que sea como decía Santa Maravillas de Jesús: "lo que Dios quiera, como Dios quiera y cuando Dios quiera"

Lléname con la fuerza de tu Espíritu Santo, ten Piedad de mí y dame paciencia para soportar lo que me venga. Hazme sentirte ese Hijo que nunca tendré y guíame para que, a imagen y semejanza de la Virgen, siempre pueda responder como hace Ella.

Y por todo eso, y mucho más que sería largo y complejo de expresar, en general me siento agradecida con mi enfermedad aunque eso no me libra de sufrirla. ¿Y tú? ¿Te tienes desgraciada o agradecida? ¿Cómo sobrellevas la tuya? ¿Qué recursos utilizas para ello? ¡Anímate a dejarme un comentario!