Samuel Armas, UN EJEMPLO DE VIDA

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Samuel Alexander Armas fue el bebé que antes de nacer fue fotografiado tomando la mano del cirujano en una famosa intervención por sus características inéditas. Luego de 18 años Samuel es un adolescente que lleva una vida normal pero su lucha muestra un ejemplo de superación y para la familia Armas es un testimonio en defensa de la vida.  


Samuel Alexander Armas es un joven estadounidense que desde antes que naciera ya era famoso. Fue el bebé que por medio de una operación inédita a nivel mundial se pudo someter a un paciente dentro del vientre materno. La operación se debió a un mal congénito de espían bífida que le detectaron a Samuel que puede ocasionar distintos grados de discapacidad física y mental. El hecho por sí mismo mantuvo al mundo entero expectante por lo que distintos medios de todo el mundo realizaron una cobertura especial de la operación. La operación fue un éxito, pero no solo esto fue lo que causó el asombro del mundo sino una fotografía tomada por el diario estadounidense USA Today que fue publicado en este medio bajo el nombre de “la mano de la esperanza” y  se convirtió en el ícono de la defensa de la vida desde el vientre materno. En la imagen se puede ver la pequeña mano de Samuel aún no nacido tomando el dedo del cirujano Joseph Bruner.




Operación fue realizada el 19 de agosto de 1999 y Samuel nació en el 2 de diciembre de ese año. Actualmente tiene 18 años y lleva una vida bastante normal, pese a no tener movilidad de sus piernas y estar en sillas de ruedas. Asiste a la Secundaria Alezander y forma parte del equipo de baloncesto de sillas de ruedas de Atlanta Junior Wheelchair Hawks.


Su discapacidad le permitió a Samuel superar y tener convicciones muy fuertes respecto a la forma de enfrentarse en la vida.  “Siento que tomo decisiones fuertes porque soy fuerte en Dios”, dijo el joven al diario Atlanta Journal-Constitution.


Además, Samuel explicó que “Creo que eso es importante al tener una discapacidad. Me doy cuenta de cuán mal podría haber estado, y sé cuánto [Dios] me ha bendecido. Sin la espina bífida, no conocería a tantos de los que hoy conozco y no tendría baloncesto en silla de ruedas, que ha cambiado completamente quién soy. Podrías pensar que la espina bífida es una desventaja, pero le agradezco a Dios por eso todos los días”.


Por otro lado, cuando los médicos les explicaron a sus padres sobre este mal congénito  que padecía Samuel antes que naciera, le sugirieron a ellos que se interrumpieran el embarazo. Sin embargo sus padres se negaron a este, y su mamá se ha convertido en una fuerte defensora de la vida. “Queríamos mostrar el valor de la vida de nuestro hijo, con discapacidad o sin discapacidad, y que haríamos cualquier cosa por él porque lo valoramos. Logramos lo que queríamos”, contó su mamá al mismo medio.

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