Cristo venció a Satanás y nosotros compartimos su victoria 12/01/2020 #1074

Episode 76,   Jan 13, 2020, 12:45 AM

Pastor José Luis Cinalli
 12/1/2020
Cristo venció a Satanás y nosotros compartimos su victoria
 
“Uno de los veinticuatro ancianos me dijo: “… Mira, el León de la tribu de Judá… ha ganado la victoria… entonces oí a toda criatura en el cielo, en la tierra, debajo de la tierra y en el mar que cantaban: “Bendición y honor y gloria y poder le pertenecen a aquél que está sentado en el trono y al Cordero por siempre y para siempre”, Apocalipsis 5:5-13 (NTV).
 
Aunque el libro de Apocalipsis revela acontecimientos relacionados con el fin del mundo, hasta el momento Juan solo ha visto a Dios sentado en el trono. Incluso ahora lo ve con un libro en su mano derecha cuyo contenido registra el futuro de la humanidad, es decir los juicios descriptos a partir del capítulo 6 los que terminan con la derrota de Satanás y el triunfo de Jesucristo y su iglesia. El diablo será encerrado en un pozo sin fondo y finalmente lanzado al lago de fuego para ser atormentado día y noche por siempre jamás. Satanás conoce muy bien su destino eterno por eso trabaja horas extras para mantener al pueblo de Dios alejado de este libro. Cuanto más ignorante sea un creyente de la voluntad y los propósitos de Dios más fácil será engañarlo. ¿No dijo el Señor que su pueblo perece por falta de conocimiento, Oseas 4:6? No hay dudas que detrás del manifiesto desinterés de la iglesia en leer el Apocalipsis está Satanás.  
 
Satanás no quiere que leamos el Apocalipsis; en cambio, Dios promete una bendición especial para quienes lo lean y obedezcan: “Dios bendice al que lee… las palabras de esta profecía y… obedecen lo que dice…”, Apocalipsis 1:3 (NTV). ¿Por qué tanto interés en que leamos el Apocalipsis? Porque allí se nos dice que Satanás ha sido derrotado: “… Ha salido vencedor el heredero del trono de David…”, Apocalipsis 5:5 (TLA). “El León de la tribu de Judá… ha ganado la victoria, NTV. “Ha salido vencedor” y “ha ganado la victoria”. Si al leer el Apocalipsis solo te enfocas en dragones, bestias, truenos y juicios entonces no estás viendo como deberías porque el mensaje principal del libro es el triunfo definitivo de Jesucristo sobre los poderes de las tinieblas. Satanás fue derrotado. Jesús lo venció en la cruz: “… Cristo… desarmó a los gobernantes y a las autoridades espirituales. Los avergonzó públicamente con su victoria sobre ellos en la cruz, Colosenses 2:13-15 (NTV). El apóstol presenta a Jesús como un vencedor desfilando en su triunfo cósmico, llevando detrás de sí los poderes del mal en humillación pública. Es cierto que Cristo fue despojado de su dignidad humana y avergonzado ante la mirada del hombre pero también es cierto que hubo otro espectáculo público desarrollándose en la invisible esfera espiritual. Todo el mundo espiritual fue testigo de la derrota rotunda y vergonzosa del diablo a manos del Señor. Por lo tanto las sangrientas visiones que Juan tendrá del anticristo persiguiendo a los creyentes no lo afectarán porque sabe de antemano que Cristo ganó la batalla. Es como disfrutar un partido de fútbol en el que tu club favorito ya jugó y ganó. Ver en directo un partido en el que Rosario Central juega no es tan placentero como mirarlo en diferido sabiendo que ya ganó. Es posible que mientras miro el partido el rival haga algunos goles. Eso no me preocupa porque sé que esa derrota es transitoria. Lo mismo sucede en la vida. Puede que suframos algunos ‘goles en contra’ pero al final somos los vencedores. Saber esa preciosa verdad nos da el valor de perseverar a través de las batallas espirituales.
 
Cristo venció a los poderes espirituales de maldad. El diablo trabaja para que ignoremos esa verdad. Nos hace tenerle miedo a él y al libro que revela su derrota final, total y definitiva. Nos hace creer que estamos en su puño y que puede hacer con nosotros lo quiera cuando quiera. Pero eso no es verdad. Los que están en Cristo están protegidos. Todo lo que está bajo los pies de Jesús también está bajo los pies del creyente. Los demonios son conscientes de la autoridad que tenemos en Cristo: “Demos gracias a Dios que nos ha dado la victoria…, 1ª Corintios 15:57 (PDT). Nuestra victoria es total y definitiva gracias… a Jesucristo”, Romanos 8:37 (CST). “Ustedes… son de Dios, y ya han logrado la victoria…”, 1ª Juan 4:4 (BLA). “… Dios… en todo tiempo nos hace triunfar en Cristo, 2ª Corintios 2:14 (NC). ¿Lo ves? Todos estos pasajes están en tiempo pasado. ¡Dios nos ha dado la victoria! Esto significa que no hay una lucha por igual entre Dios y el diablo. No es verdad que hay una guerra entre dos fuerzas iguales y que el resultado final es incierto. Cristo venció y está sentado en los lugares celestiales, Efesios 1:20. El mundo demoníaco está a sus pies y también a los nuestros ya que Dios “nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús”, Efesios 2:6. Ésta es la posición del creyente: ¡sentado con Cristo por encima de todo!
 
“… El que gobierna este mundo ya ha sido juzgado y condenado”, Juan 16:11 (CST). Jesús… al morir, le quitó su poder al… diablo, Hebreos 2:14 (BLA). Jesús le quitó al diablo el poder que tenía sobre nuestra vida: “Cristo… los ha rescatado de los poderes espirituales de este mundo…”, Colosenses 2:20 (NTV). El diablo no ha sido aniquilado pero si ha sido desposeído de su derecho y autoridad sobre todos lo que se han inclinado al pie de la cruz y recibido la preciosa sangre de Cristo como expiación por su pecado. ¡Satanás ha sido despojado de su derecho de propiedad sobre nosotros! Ahora bien, si el diablo ha sido desarmado y derrotado en la cruz, ¿por qué nuestra vida está tan lejos de ser victoriosa? En primer lugar porque Cristo no es nuestro Señor. El que no ha hecho a Cristo Señor de su vida no puede tener victoria sobre el mundo demoníaco. Debes aplicar la sangre de Jesucristo sobre tus pecados para que Satanás no te ataque ni resida en ti: Ellos lo han vencido por medio de la sangre del Cordero y por el mensaje del cual dieron testimonio… porque… sus vidas, las pusieron a los pies del Cordero”, Apocalipsis 12:11a (NVI) y 11b (NT-BAD). La sangre de Cristo, la palabra de Dios y el testimonio de una vida rendida a Dios vencen al diablo. Ahora bien, si ya eres creyente no hay manera que Satanás pueda reclamar derecho alguno sobre ti a menos que se lo permitas. ¿Cómo? Mediante el pecado. El pecado es el felpudo que le da la bienvenida al diablo para que te esclavice. Es lo mismo que poner un revólver en sus manos para que te dispare.
 
El creyente obediente a Dios está en una posición de superioridad sobre el mundo demoníaco. El diablo no puede tocarlo: “… El que… no está en pecado: Jesucristo… lo protege, y el maligno no llega a tocarlo, 1ª Juan 5:18 (NVI). El pecado te deja sin protección. Por eso el diablo nos tienta a pecar porque sabe que de esa manera nos tendrá en sus manos: “El que peca demuestra pertenecer a Satanás…”, 1ª Juan 3:8 (NT BAD). Apártate del pecado y estarás seguro en las manos de Dios. ¿Por qué la gente le tiene tanto miedo al diablo? Inclusive los creyentes. Ven al diablo en todas partes. Hablan de él todo el tiempo. Creen que si viven más consagrados a Dios más revanchas satánicas tendrán. En mi trayecto a casa existe un altar al gaucho gil. La gente se detiene para adorar. Está justo en frente de un centro comercial en una de las avenidas principales de la ciudad. Comenzó tímidamente con una banderita roja y una imagen precaria. Pero fue creciendo. Levantaron una casa de material para proteger la imagen, edificaron una sala de reunión y pusieron bancos. Hoy en día existe un pequeño templo donde la gente prende velas, adora y hace oraciones a los demonios. ¿Cómo obtiene esa gente el permiso para edificar a la vera de la ruta cuando nosotros no hemos podido obtener todavía la autorización para levantar nuestro nuevo templo? La respuesta es que ¡nadie se atreve a tocar un ídolo! La gente le tiene miedo a las represalias del diablo. Lo mismo sucede en el parque de la democracia. Expropiaron familias enteras pero nadie ha podido destruir la casa de los demonios que está en medio del parque. ¿Le tienes miedo al diablo? Deberías si estás en desobediencia a Dios. De lo contrario duerme tranquilo porque de la misma manera que el diablo no pudo con los discípulos de Jesús tampoco podrá con aquellos que hoy sus hijos: “… El que… no está en pecado: Jesucristo… lo protege, y el maligno no llega a tocarlo, 1ª Juan 5:18 (NVI). Pongamos las cosas en su lugar. Es cierto que el diablo nos odia con odio absoluto. Pero eso no tiene por qué preocuparnos en lo más mínimo. Porque si el pudiera hacer con nosotros lo que quisiera ya lo hubiera hecho. No olvides la preciosa verdad revelada en Apocalipsis: Jesús venció y nosotros vencimos con Él. Jesús expresó: “Yo les he dado poder... para que derroten a Satanás, su enemigo”, Lucas 10:19 (TLA). Ahora bien. No ignoremos sus maquinaciones. No puede tocarnos pero si puede hablarnos. Se para frente a nosotros y nos grita como Goliat al ejército de Israel. Y cuando más lo miramos y más tiempo le damos para escucharlo más miedo le tendremos. Mi consejo es que no pienses mucho en demonios. No le prestes atención. No los escuches porque si te concentras en tus gigantes vas a tropezar pero si te concentras en Dios tus gigantes van a caer.