¿Qué futuro construyen los egresados del Colegio Mayor?

En Huampaní, a la altura del kilómetro 24,5 de la Carretera Central, hay un colegio en el que estudian los mejores alumnos del país y que ya cumplió cinco años de formado. Una escuela que empieza en el tercer grado de secundaria y donde los escolares se quedan a dormir.

“No solo están los más ‘chancones’, que es como siempre nos llaman, yo encontré ahí a un Perú chiquito”, cuenta Alejandra Yáñez Correa, una de las alumnas que a sus 14 años dejó Cajamarca para estudiar y vivir en el Colegio Mayor Secundario Presidente del Perú (CMSPP).

Hoy, a sus 18 años, Alejandra no se arrepiente de haberse separado de sus padres. En el 2011, sus altas calificaciones la llevaron a Canadá para participar en una academia de liderazgo que le hizo ver las deficiencias del sistema educativo del país y que terminó empujándola a estudiar Educación. “El objetivo es volver a nuestra región para retribuir lo que invirtieron en nosotros. Mi meta es mejorar la educación pública”, afirma.

Sandra Lino tiene 20 años y está a uno de graduarse como comunicadora. Al igual que Alejandra estudió en el Colegio Mayor y hoy comparte con ella las aulas de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). 

Sandra asegura que del colegio, además de los amigos, le quedó la disciplina con la que hoy estudia y trabaja. “Estudiábamos de 7 a.m. hasta las 7 p.m. y nunca nos quejamos de eso, sabíamos que hoy nos iba a servir”, sostiene.

A Sandra la conexión con el colegio sí que le ha labrado el futuro. Estuvo a punto de abandonar la universidad por falta de dinero, pero el crédito educativo que le otorgó el colegio la salvó de esa caída. “Soy la única en mi familia que ha llegado a la universidad y eso es un orgullo”, cuenta. 

Como Alejandra y Sandra, otros 829 egresados del Colegio Mayor estudian en centros de educación superior del país. Esta cifra equivale al 75% de los 1.109 alumnos graduados entre el 2010 y el 2013.

Además de la PUCP, los egresados han llegado a las universidades de Ingeniería, Cayetano Heredia, San Martín de Porres y San Ignacio de Loyola, entre otras.

El 8,75% (97) de los ex alumnos lleva una preparación académica, mientras que el 1,62% (18) trabaja y un 0,54% (5) sigue un bachillerato en el extranjero.

María Julia Tagle, directora de Bienestar Integral del Estudiante del CMSPP, asegura que entre los objetivos del colegio está monitorear a los egresados para ofrecerles convenios o becas y evitar que desaprovechen lo que han aprendido. 

Tagle asegura que cada año hay un promedio de 80 becas para los 300 alumnos que egresan en cada promoción.

¿Inversión positiva?

Joyser Pizango camina cincuenta minutos diarios para ir desde su casa hasta el colegio. Además del calor de Loreto, Joyser tenía que enfrentar que en su escuela no le enseñaran lo que él necesitaba. 

Ahora, a punto de graduarse del Colegio Mayor, se ríe y piensa: “Regresaré a Yurimaguas como un ingeniero forestal”.

Erick Toque, su compañero, tampoco ha olvidado que debe volver a Puno, donde está su familia. Su ilusión, dice ahora, tras haber aprendido a tocar el violín y participar por primera vez en una fiesta, es estudiar Mecatrónica en la Universidad Nacional de Ingeniería.  

“Haré una silla como la de Stephen Hawking para mi mamá que está enferma”, dice. 

Los mismos objetivos tienen en la cabeza Kelly, de Cusco; Paola de Tacna; Edith de Madre de Dios y José Carlos de San Juan de Lurigancho. Todos alumnos destacados que llegaron a Huampaní para cambiar sus vidas.

¿Qué hace al Colegio Mayor un centro de alta calidad? 

El Estado lo tiene como una de sus prioridades. Según el Ministerio de Educación, el año pasado el presupuesto para el colegio fue de S/.28 millones. 

Es decir, se invirtieron unos S/.28 mil en la enseñanza y el internado de cada uno de los alumnos.

En el 2010, año en que se inauguró, el colegio recibió S/.32 millones, el mismo que se asignó a la Oficina para el Desarrollo Educativo Rural, a cargo de un millón de estudiantes. 

¿Demasiado costoso? Para Hugo Díaz, miembro del Consejo Nacional de Educación, es una inversión positiva. “Hay que ver el costo beneficio: o formas un alumnado mediocre o tienes colegios con un buen nivel y con maestros bien seleccionados”, sentencia el experto.