La lección de manos vacías

La lección de manos vacías

Ahora que todos los establecimientos y restaurantes están abriendo nuevamente sus puertas y que tal vez ya no se verán las leyendas de “gracias por tu compra” en los empaques del delivery porque comenzamos a experimentar la “nueva normalidad”, deseo vivamente que todos aquellos que colaboramos en una empresa o establecimiento donde se comercializa un producto o servicio y particularmente en el sector restaurantero, hayamos comprendido de forma real y certera que el más importante “es el Cliente”, siempre.

No importa si la estrella del restaurante es un platillo, una bebida importada, una chica guapa en patines o un gerente carismático. Quien genera los ingresos, da vida al negocio y es el fin último de las acciones de cualquier organización de esta naturaleza, siempre es el cliente (llámale comensal, invitado o huésped). Por lo que él/ella son la estrella verdadera.

Quien no aprendió eso durante esta pandemia y pretende seguir dejando clientes con manos levantadas en un restaurante, atenderlo en el mostrador o en la mesa con cara de “odio mi trabajo”, “cobrando” propina como si fuera obligatoria, sirviendo alimentos y/o bebidas de mala calidad, ojalá se haya dado cuenta que es tiempo para que busque un empleo en cualquier otro sector que no tenga que ver con servicio y atención en restaurantes.

La lección de manos vacías debió dejarnos un aprendizaje duro y significativo. Si no fue así, no hay más qué hacer.

israel ruiz villa

Director de operaciones/gerente regional/gerente de restaurante/capacitador general en A&B/asesoria especializada en sector restaurantero

3y

Súper padre sam !!

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