El Valor del Sacrificio

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EL VALOR DEL SACRIFICIO

Capilla de Adoraciรณn Perpetua


1. El sacrificio es el lenguaje del amor

Sin sacrificio no hay amor. Por eso es que los padres y las madres se sacrifican para alimentar, vestir y dar casa a sus familias. El espíritu del cristianismo es espíritu de sacrificio. Jesucristo lo sacrificó todo por amor a ti, por tu salvación. ¿Quieres tú sacrificarte por amor a Él, para que tu parroquia pueda darle gloria en la Adoración Perpetua del Santísimo Sacramento?

2. Dios te bendecirá diez veces más de lo que hagas

La Sagrada Eucaristía es el sacramento de la infinita generosidad de Dios hacia los hombres. Cuando respondemos generosamente al amor que nos da en este sacramento, Dios derrama su infinita bondad sobre la humanidad. Él te bendecirá a ti, a tu familia y al mundo diez veces más de lo que hagas porque nadie puede ganar a Dios en generosidad. Por lo que le demos nos devolverá diez, cien veces más. Los que tienen la generosidad de tomar una de las horas más difíciles son los que atraen la lluvia de bendiciones divinas sobre la tierra. Por eso el Papa Juan Pablo II dijo: “Seamos generosos con nuestro tiempo cuando vayamos a encontrarnos con Él”. (Dominicae Cenae).

3. El sacrificio es la clave de la reparación

El bien debe vencer al mal. La adoración Perpetua que es extraordinariamente buena puede acabar con las cosas extraordinariamente malas que hay en el mundo de hoy. Si tomas para tu adoración semanal una de las horas de la noche, tu sacrificio será en reparación por la maldad del mundo y abrirá las puertas del amor misericordioso de Dios sobre la humanidad. Por eso el Santo Padre Juan Pablo II pide “adoración incesante” y que estemos dispuestos a sacrificarnos para hacer reparación por la maldad del mundo. (Dominicae Cenae).

4. Tu sacrificio traerá unidad a nuestra patria y paz al mundo

La exposición solemne del Santísimo Sacramento es una gracia y una necesidad para nuestro tiempo. “La sociedad será restaurada y renovada cuando todos sus miembros se congreguen alrededor de nuestro Emmanuel” (San Pedro Julian Eymard).


5. No tengas miedo

No temas salir a medianoche. No ha habido una sola persona que haya sido dañada al ir o volver de adorar a Jesús a medianoche. Donde está el Santísimo Sacramento es el lugar más seguro para estar, a donde ir y de donde volver. Jesucristo es la luz que ilumina toda oscuridad. El diablo huye cuando Jesucristo es adorado. El Jesucristo que está en el Santísimo Sacramento es el mismo Jesucristo del evangelio que expulsa a los demonios, calma las tormentas, cura a los enfermos y resucita a los muertos; el Jesucristo que dice: “¡Ánimo!, soy yo, no temáis” (Mc. 6,50). Cuando estés descansando en tu cama antes de ir a hacer tu hora santa, piensa en estas palabras de la Escritura: “¡Ánimo, levántate!; Él te llama” (Mc. 10,49).

6. Tu sacrificio hará las calles seguras para el pueblo de Dios

La Biblia (Ageo y Zacarías) dice que Dios hará las calles seguras para su pueblo cuando ellos se hagan “celosos por su gloria en el santuario”. Los que están dispuestos a acompañar a Jesucristo a medianoche son los que están “celosos de su gloria en el santuario”. Cuando nos unimos a Jesucristo en el Santísimo Sacramento nos unimos a todo el poder del cielo y de la tierra. Cuando estás delante de Jesucristo en el Santísimo Sacramento haces que sus gracias se derramen sobre toda la tierra. Por eso Él dijo: “Si tuviérais fe como un grano de mostaza diríais a este sicómoro arráncate y plántate en el mar, y os obedecería” (Lc. 17,6). Los que están dispuestos a sacrificarse viniendo a Jesucristo a medianoche tienen esa fe. Ponen su fe en el poder más grande de la tierra. Por eso los crímenes han disminuido en los vecindarios donde la iglesia tiene Adoración Perpetua.

7. Sé un guerrero de la paz

A través de los años, innumerables hombres se han sacrificado yendo a las guerras. Pero qué pocos hombres están dispuestos a hacer un pequeño sacrificio para conseguir la paz. Nunca un ejército débil ha vencido a uno fuerte. El mal prevalece en el mundo porque los malos están más dispuestos a sacrificarse que los que están a favor de Dios. La guerra más grande en la historia de la humanidad es la guerra espiritual entre el bien y el mal porque en esta guerra están en juego el destino de la Iglesia y el del mundo. ¿Quién despertará de la indiferencia y se convertirá en soldado de Cristo, en “guerrero de la paz”? ¿Quién será hombre de Dios y tomará las armas espirituales de la oración y el sacrificio? “Reaviva el carisma de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos dio el Señor un espíritu de timidez, sino de fortaleza, de caridad y de templanza” (2 Tim. 1, 6-7).


8. El sacrificio es la manera de expresar el amor

La Eucaristía es la mayor expresión del amor de Dios hacia ti. En la Divina Eucaristía, Jesús se te da a Sí mismo, todo lo que Él es y todo lo que tiene. San Agustín nos dice de la Sagrada Eucaristía: “Aún cuando Dios es todopoderoso no puede dar más; aún cuando es sumamente sabio, no sabe cómo dar más; aún cuando es inmensamente rico no tiene nada más que dar”. Dale a Jesús el sacrificio de pasar una hora con Él durante la noche y esa será la manera perfecta de expresarle tu gratitud por su regalo de amor infinito en la Sagrada Eucaristía.

9. Tu sacrificio será tu agradecimiento por todo lo que ha hecho por ti

Gracias al sacrificio de Cristo en la cruz tenemos el regalo de la Sagrada Eucaristía. Su muerte en la cruz el Viernes Santo tenía que seguir a la institución de la Eucaristía el Jueves Santo, porque su pasión y muerte eran el precio que tenía que pagar para que tuviésemos la vida eterna y divina, en Él, en la nueva y eterna alianza de la Sagrada Eucaristía. La Eucaristía brota de la pasión del Señor en la que Él derramó hasta la última gota de su sangre para poder llenarte a ti de vida divina cada vez que lo recibes en la Santa Comunión. Pasando una hora con Él durante la noche, tenemos una maravillosa oportunidad de darle gracias por todo lo que sufrió para darnos el regalo de la Sagrada Eucaristía.

10. No hay sacrificio comparable al de Jesucristo

Jesucristo entregó su cuerpo en la cruz por amor a ti, para poder entregarse en la Sagrada Eucaristía y hacerse uno solo contigo para siempre en la gloria eterna. Como trigo que es golpeado, quebrado y molido antes de convertirse en pan, Cristo estuvo de acuerdo en ser golpeado, quebrado y molido en su pasión para poder ser para nosotros pan vivo bajado del cielo. Él dijo: “El pan que yo les daré es mi carne, para la vida del mundo”. Jesucristo continúa inmolándose en sacrificio de amor por nosotros en la Sagrada Eucaristía. En la Eucaristía, Jesucristo es la Víctima Inmaculada, el Cordero inmolado. ¿Crees que pasar una hora con Él durante la noche puede compararse al Sacrificio que Él hizo y sigue haciendo por amor a nosotros en el Santísimo Sacramento?


11. Tu sacrificio ganará gracia para muchos

Después de la Santa Cena Jesucristo fue al huerto para orar. Durante su oración sudó sangre al comprender que el regalo de la Sagrada Eucaristía que acababa de darle a la humanidad sería apreciado por muy pocos y rechazado por muchos. Vio cuántos se alejarían de su amor en la Eucaristía y ni siquiera irían a misa los domingos. Vio en cuántos tabernáculos del mundo Él se quedaría solo y olvidado. Vio que serían pocos los que creerían en su presencia real en la Eucaristía y más pocos aún los que responderían a su petición de ser amado día y noche en el Santísimo Sacramento. Vio que la mayoría viviría como si Él no estuviese aquí, Dios viviendo entre su pueblo en el Santísimo Sacramento. Él viene a traer tantas gracias y bendiciones y tan pocos vienen a recibirlas. “Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron”. Tu sacrificio ganará muchas gracias para los que están lejos de Jesucristo y los traerá de nuevo a Él en el Santísimo Sacramento.

12. Tu sacrificio consoló a Jesucristo en el huerto

Cuando Jesucristo estaba en el huerto, un ángel del cielo vino a consolarlo. Este ángel le mostró todas las horas santas que tú harías, y tu sacrificio al levantarte a medianoche cada semana para acompañarlo en el Santísimo Sacramento. Esto lo confortó grandemente, lo consoló, lo fortificó y lo alentó. Supo que su amor iba a ser correspondido. Cuando iba a hacer el sacrificio más grande de todos, dijo: “Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos”.

13. Tu sacrificio consuela a Jesucristo ahora

La Escritura dice que en el huerto el alma de Jesucristo estaba “llena de tristeza hasta el punto de morir”. Iba a darse a Sí mismo en el regalo de la Sagrada Eucaristía, pero tantos iban a rechazar su amor eucarístico que el rechazo le destrozó el corazón. “Buscó a alguien que lo consolara pero no encontró a nadie”. Llamó a sus apóstoles para que lo confortaran pero ellos durmieron durante la gran crisis de Cristo aún después de que Él les dijo “¿No habéis podido velar una hora conmigo?” Hoy también estamos en una noche de gran crisis y ustedes son hoy los discípulos de Cristo. Jesús les dice: ¿no habéis podido velar una hora conmigo? Él se dirige hacia ti para que lo consueles ahora.


14. Tu sacrificio convierte su dolor en consuelo

En las imágenes de Jesucristo hay una corona de espinas alrededor de su Sagrado Corazón. El explica que estas espinas simbolizan el dolor del rechazo que sufre en el Santísimo Sacramento por la indiferencia, frialdad e ingratitud de los hombres. Misteriosamente dijo que sufre más ahora por la ingratitud de los hombres hacia su amor en el Santísimo Sacramento que lo que sufrió en su entera pasión. El sacrificio que haces cada semana para hacerle compañía durante una hora de la noche cambiará las espinas de su corazón en flores de consolación. Tu disposicion de hacer algo extra reparará por los que no están dispuestos a hacer al menos un poco.

15.

Tu

sacrificio

hará

que

seas

un

oasis

para el corazón de Jesús

El mensaje que te manda el Corazón de Jesús es: “He aquí este corazón que ha amado tanto a los hombres y que es amado tan poco. Tengo una sed terrible de que me ames en el Santísimo Sacramento”. El Santísimo Sacramento es Jesucristo, el Dios-Hombre, sagrado en su divinidad y su humanidad. No hay un corazón más sensible que el suyo. El Santísimo Sacramento es el deseo infinito de Jesucristo de amar y ser amado. Este deseo lo hace ser un prisionero de amor en el Santísimo Sacramento y lo hace vulnerable, capaz de ser herido por la indiferencia del hombre, y de ser curado y deleitado por la respuesta del hombre. Esta divina vulnerabilidad de Jesucristo hace que sea muy fácil amarlo porque nos muestra que su corazón no es indiferente; tu amor significa mucho para Él, tanto que lo ansía como el que busca un oasis en el desierto. Jesucristo busca amor en un mundo frío. Tu sacrificio hará que seas un oasis para su corazón.

16. Tu sacrificio repara la ingratitud de otros

Jesucristo curó a diez leprosos y sólo uno regresó a darle gracias por el milagro de su sanación. ¿“No eran diez los que quedaron sanos? ¿Dónde están los otros nueve”? preguntó Jesucristo. Cada domingo Jesucristo realiza un milagro aún más grande para nosotros cuando nos da la vida en la Sagrada Eucaristía. Cada comunión deja nuestra alma más gloriosa y más bella para toda la eternidad.


17. Dios te honrará toda la eternidad

Recuerda el humilde sacrificio de los pastores y los Reyes Magos en su largo viaje para adorar al Niño Dios. Sólo los humildes pastores y los sabios astrólogos siguieron la estrella de la fe hasta Belén. Ningún viaje era demasiado largo y todos los problemas valían la pena porque Él era el Rey, mucho más grande que ellos. Cuando lo vieron se arrodillaron delante de Él. ¿Dónde estaba el resto del mundo? ¿Quién podía saber entonces que el tierno Niño envuelto en pañales era la escondida Palabra de Dios encarnada? Vino callada y amorosamente y sólo los humildes y los sabios pudieron ver al humilde Jesucristo acostado en el pesebre. El resto del mundo no se enteró. Dios nunca ha dejado de honrar a los pastores y a los Reyes Magos que honraron a su Hijo en Belén. La Sagrada Escritura alaba su humilde sacrificio y en todas las iglesias y hogares cristianos del mundo se les incluye en el “nacimiento” o escenas de la natividad. En el Santísimo Sacramento Jesucristo viene a nosotros aún más humildemente que antes. Por eso tu sacrificio le da a Dios más gloria que el de los pastores y los Reyes Magos y Dios te honrará más que a ellos en la eternidad.

18. Jesucristo te llamará dichoso

La Sagrada Eucaristía es la continuación de la Encarnación de Cristo en la tierra, donde el mismo Jesucristo que nació hace dos mil años en Belén está verdaderamente presente con nosotros como estaba entonces. Otra vez viene callado y humilde y otra vez sólo los humildes pueden ver con los ojos de la fe al humilde Jesús oculto en el Santísimo Sacramento. Esta es la fe que te impulsa a venir a medianoche para adorarlo. Si pudiésemos verlo, todos correrían a recibirlo aunque fuese medianoche. Por eso está oculto en el Santísimo Sacramento porque quiere que vayamos a Él humildemente. Tu sacrificio es el oro, el incienso y la mirra que le agradan; es más valioso que todos los regalos del mundo y es la llave que abre la puerta de su corazón para que sus gracias y bendiciones se derramen sobre el mundo y se cumpla su promesa “Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los hombres en quienes Él se complace”. Por eso Jesucristo te llamó a ti “dichoso” cuando le dijo a Tomás: “Has creído porque me has visto. Dichosos los que aun no viendo, creen.” 19. Tu sacrificio llevará almas al cielo

Nuestra Señora de Fátima dijo que muchas almas van al infierno porque no hay nadie que ore y haga sacrificio por ellas. Cuando pasas una hora de la noche con Jesucristo, tu sacrificio salvará a muchas almas del infierno y las llevará al cielo. Tu amor a Jesucristo ganará perdón para aquellos que no lo amaron. Eso lo expresa la oración de Fátima: “Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan ni os aman”.


20. Tu sacrificio convertirá al mundo

El Plan de Paz de nuestra Señora pide oración, penitencia y sacrificio. Ella dijo que si se cumplen sus peticiones Rusia se convertirá, su Corazón Inmaculado triunfará y habrá paz duradera en la tierra. Por medio del ángel de Fátima se nos enseña cómo convertir al mundo entero por el gran poder de la adoración Eucarística. El ángel trajo una Sagrada Hostia y nos enseñó esta oración de adoración: “Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo te adoro profundamente, te ofrezco el Santísimo Cuerpo de Jesucristo, su preciosísima Sangre, Alma y Divinidad presente en todos los tabernáculos del mundo en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencia con que se te ofende. Por los infinitos méritos del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María te suplico la conversión de todo el mundo”. La Adoración Perpetua es el cumplimiento perfecto de lo que pidió Nuestra Señora de Fátima: oración, penitencia y sacrificio. Tu sacrificio convertirá al mundo entero. 21.

El

sacrificio

de

la

Misa

es

el

mayor

regalo de Dios

La misa es la renovación del sacrificio de Cristo en la Cruz. En este sacrificio perfecto le ofrecemos al Padre la perfecta alabanza, amor y acción de gracias de su Hijo. Tu sacrificio de adoración, es acción de gracias a Dios por el mayor de los regalos: el sacrificio de la misa. Tu sacrificio se une al sacrificio perfecto de Cristo en la continua alabanza ofrecida al Padre por la salvación de las almas.

22. Jesucristo te devolverá el descnaso que pierdas

Si le dedicas a Dios una parte del tiempo que Él mismo te regala, te lo devolverá. Al día siguiente de tu hora de adoración sentirás tanta alegría que será como si no hubieras hecho el sacrificio. Pero si te resulta difícil trabajar puedes acostarte una hora más temprano esa noche o la noche anterior. Muchas personas aprenden a organizar sus horas de sueño de ese modo, y algunos duermen más que en una noche regular.


23. Sé cómo el apóstol Juan

Juan fue el único que tuvo valor para seguir a Jesucristo todo el camino hacia la cruz. Se le conoce como “el apóstol a quien Jesucristo amaba”, por su espíritu de sacrificio. Al sacrificarte acompañando a Jesucristo una hora durante la noche, tú también serás conocido en el cielo como “el apóstol a quien Jesucristo ama”. Si levantarte a medianoche te parece demasiado incómodo, piensa en Jesucristo en vez de pensar en ti. Recuerda a Jesucristo en el evangelio llorando sobre Jerusalén: “Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina a su nidada bajo las alas y no habéis querido”. Esta escena es tan verdadera ahora como entonces. Jesucristo ansía con infinita misericordia que todos vengan a Él en el Santísimo Sacramento, pero es rechazado ahora como entonces. Tu sacrificio ayudará a atraer a toda la humanidad hacia Él y hará llegar el día en que “toda rodilla se doblará ante Él y lo proclamarán Señor”. Jesucristo desea que todos sean uno en su Corazón Eucarístico, pero hay guerras y divisiones. Tu sacrificio ayudará a que se cumpla la oración que hizo en la Última Cena: “que todos sean uno”. ¡Qué privilegio tan grande tuvo Juan de estar tan cerca de Jesucristo en la Última Cena! El amor del Señor le dio el espíritu de sacrificio y lo hizo capaz de seguirlo hasta estar cerca de Él y descansar en su Sagrado Corazón. Su infinito amor hacia ti hará que esto no sea sacrificio sino alegría y en el cielo serás “el apóstol a quien Jesucristo ama”. 24. Milagros de amor

Juan oyó una voz del cielo que gritaba diciendo que Jesucristo en el Santísimo Sacramento es digno de que los hombres lo adoren incesantemente: “Digno es el Cordero Degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza”. Vio la fe de la gente en acción. Los vio yendo de día y de noche sin cesar ante “el Cordero que está en el Trono”. De Jesucristo en el Santísimo Sacramento, “el Cordero que está en el Trono” fluye un río de gracia que sana a todas las naciones. Este es el poder, el valor y la importancia de tu sacrificio. Tu sacrificio sanará a todas las naciones. Por eso Jesucristo dijo: “Si crees en mi amor en el Santísimo Sacramento, si realmente crees en mi amor entonces verás milagros hechos por mi amor”. ¿Tienes algún pariente, amigo, alguien que te preocupa profundamente? Ponlo en el Corazón Eucarístico de Jesucristo. Ten absoluta confianza y convicción de que Jesucristo realmente lo ayudará y lo traerá de regreso a su Sagrado Corazón, lo mismo si es una persona que si son varias.

El prometió: “Reinaré en cada corazón, en cada hogar, en cada país del mundo entero. Reinaré por el amor omnipotente y todopoderoso de mi Corazón Eucarístico”. El propósito de este folleto es ayudar a entender el valor del sacrificio voluntario de pasar cada semana una hora de la noche con Jesucristo en el Santísimo Sacramento, para que nuestra parroquia reciba la gran bendición de tener la Adoración Perpetua.


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