Siempre digo que la fotografía se basa en dos pilares básicos: tiempo y luz. Tiempo, para realizar con calma ese reportaje de fotos que queremos, sin prisas, estudiando el momento, la composición… Luz, porque es la base fundamental de la fotografía, luz natural, claro. Porque sin luz no hay foto posible. Me viene a la cabeza ese dicho que dice “cuando no hay mata, no hay patata”. Así que si no hay luz, la foto es imposible. Y en instantáneas de boda, estos dos parámetros, tiempo y luz, adquieren una dimensión distinta, crucial. En este post de La Perfecta Prometida vamos a hablar un poco de la boda de noche.
Decía que en fotografía de boda lo del tiempo y luz adquiere una importancia especial, y ello porque en el primer caso, tiempo, una boda va muy rápido, no hay momentos calmados para realizar una fotografía de boda como desea cualquier fotógrafo de boda que se precie. En el segundo caso, si nos quedamos sin luz natural y entramos en la noche, la visibilidad tan espectacular que una ceremonia de boda requiere, va desapareciendo al caer la noche. Cierto es que la noche aporta otros elementos distintos, hermosos, el cielo estrellado, la luna (si es Luna llena, claro), el reflejo en el mar (si la boda es en la playa), las velas, los farolillos que adornan e iluminan el escenario, en fin, todo ello hace de una boda por la noche, un evento especial, precioso, y sobre todo, muy romántico. Pues la noche trae eso fundamentalmente: romanticismo.
Sin embargo, para el fotógrafo de boda el trabajar sin luz natural es todo un reto, un desafío. En ocasiones cae la noche porque la boda termina por la noche, obviamente, pero la boda en sí empezó por la tarde y el reportaje de pareja se hizo al caer la tarde. Sin embargo, cuando hablamos de un reportaje de boda de noche, me estoy refiriendo a que prácticamente toda la boda se hace por la noche. Y aquí radica la dificultad para el fotógrafo. Normalmente, cuando los novios organizan su boda –salvo raras excepciones- nunca piensan en su reportaje de fotos. En realidad, cada día veo con más preocupación el hecho de que los novios en lo último que piensan en su boda es precisamente en el fotógrafo. Cuando contratan al fotógrafo de boda, todo está ya organizado: lugar y hora de la ceremonia, del cóctel, del banquete, del baile. ¿Alguien pensó en hablar antes con el fotógrafo para organizar todo esto? Desgraciadamente no ocurre casi nunca.
Y claro, el fotógrafo se encuentra ante el reto más complicado: fotografiar sin luz natural. Llegados a este punto, nos encontramos con otro problema: el lugar elegido para la boda nocturna anda escaso de luz. Y, normalmente, el presupuesto para foto y vídeo no da para iluminar un espacio grande como si de un estudio de cine se tratase. Así que sólo nos queda remangarnos y ponernos manos a la obra. La fotografía nocturna, ya sea de pareja o en la misma boda, ofrece al fotógrafo la posibilidad de hacer arte de manera distinta. No ya usando el flash o conjunto de flashes disparados por control remoto, sino usando cualquier elemento que nos de una luz: un farol, velas, bombillas, lámparas, etc. Afortunadamente, las cámaras réflex digitales actuales nos dan la posibilidad de subir ISO con garantía de éxito, pero no es éste el lugar para dar formación en fotografía…
Llegados a este punto, conviene decir que personalmente no me importa que una boda sea nocturna, pues antes que yo, prima el deseo de los novios de organizar su boda como les parezca. Y no soy yo el que deba interferir en ese deseo, más aún, como profesional debo apoyar sus decisiones y amoldarme al momento. Si uno es profesional lo ha de ser en todas las circunstancias. Cuando los novios me confirman el lugar y hora de la boda, yo empiezo a preparar y a pensar cómo haré esas fotos, y a pensar en detalles que con luz de día pasarían desapercibidos (por ejemplo los reflejos de la pedrería del vestido de la novia). También pienso en cómo haré los ajustes de la cámara y cómo usar las luces artificiales que hay alrededor, tanto las del sitio como las que pone el organizador de boda. Para ello, intento visitar el sitio para hacerme una idea de cómo será por la noche, y también hablo con el organizador para que me cuente cómo ha iluminado el sitio…
En ocasiones, ocurre que la planificación no sirve para nada cuando la meteorología decide jugártela. Me ocurrió en una boda: el reportaje de pareja posterior a la boda iba a ser nocturno, por las calles de Madrid. Pero no contábamos que ese día una tormenta desató su furia durante todo el día… y la noche, así que improvisamos unas fotos en interior del Café Gijón de Madrid, para ir luego al Palacio de Fernán Núñez donde nos divertimos de lo lindo. Y este es el resultado:
En definitiva, el fotógrafo de boda no debe dejar de aprovechar la oportunidad que brinda la boda de noche para sacar el máximo partido ofreciendo a los novios imágenes artísticas donde el romanticismo y la belleza del sitio que eligieron se reflejen para siempre en el recuerdo de su fotografía de boda.
Pepe Valenciano
Fotógrafo. Fotografía emocional de boda, fotografía creativa y emotiva, con fotos naturales. Fotoperiodismo de boda. Reportaje documental de boda. Fotógrafo de bodas. Fotógrafo de eventos deportivos y de empresa.
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