Domingo

Vanessa Saba: “Es tanto el pánico que no hay capacidad de reflexión”

Tuitera. La actriz afirma que usa el Twitter para revisar los avisos de servicios públicos. Dice que no dejará de hablar de política.

Tuitera. La actriz afirma que usa el Twitter para revisar los avisos de servicios públicos. Dice que no dejará de hablar de política. Fotografía: Archivo La República.
Tuitera. La actriz afirma que usa el Twitter para revisar los avisos de servicios públicos. Dice que no dejará de hablar de política. Fotografía: Archivo La República.

La actriz Vanessa Saba sufrió esta semana la intolerancia en las redes sociales. Desde su cuenta de Twitter quiso reflexionar sobre la crisis política y la muerte de decenas de manifestantes, pero recibió críticas feroces de representantes de un lado del espectro político. Sobre esta reacción desmesurada y la asfixiante coyuntura habla en esta entrevista.

¿Qué clase de usuaria de Twitter eres? ¿Eres una usuaria frecuente?

Entro todos los días, me parece que es una herramienta bien útil para, por ejemplo, el tema de las mascotas perdidas. Para eso, que es como servicio público, me parece que es muy útil. El Twitter tiene eso, puede ser muy útil para cosas muy buenas, pero tiene otro lado, uno que nos permite a las personas botar toda nuestra toxicidad. Somos las personas las tóxicas, y cada red social se usa para distintas cosas. ¿Cómo dicen? El Twitter es la ira y el Instagram es la envidia. Las redes sociales cumplen un rol en los seres humanos que seguramente antes veníamos ocupando de otra manera. Nos dan el espacio para aparentar que nuestra vida es perfecta. Y lo que me llama la atención es la cantidad de gente que es capaz de decir cosas tan ofensivas, y no lo digo por lo que me dicen a mí… No sé si decirte esto, pero yo ya he tenido muchos altercados antes.

Sí, los he revisado.

Claro. Lo que me pregunto es, ¿qué te tiene que estar pasando para ser capaz de decirle a alguien cosas tan insultantes?

Aterricemos un poco en los hechos. El 14 de enero lanzaste un tuit en el que decías que quizá era mejor que la presidenta renuncie para acabar con la crisis, ¿por qué lo crees?

Empecemos diciendo que yo no soy una persona que sepa de política. Lo que yo soy es una ciudadana, y en ese día ya teníamos 50 muertos. Y yo pienso como ciudadana que la gente no va a parar con esto. Y mucha gente me decía que estoy avalando los actos violentos y no, no avalo la violencia en ningún lado, pero también es violento que haya gente que muere de hambre, que haya niños que viven en un basural. Es un país muy injusto, el nivel de racismo es brutal, de indiferencia. Y las respuestas de las personas son muy al estilo de Milei: “Yo no quiero pagarle nada a nadie, son mis impuestos”, como si la plata fuera lo único que le importara a las personas. Un poco mis reclamos como ciudadana iban hacia ese lugar.

¿Tu tuit era un respaldo a los manifestantes?

Bueno, para los manifestantes sí. No a los violentistas e infiltrados, que siempre hay. El apoyo no es a la violencia, ni siquiera es apoyo. Es una reflexión sobre el país, que es así de injusto en algunos momentos y mientras más se acumulen rabias, el estallido social será más fuerte. Creo que si no somos capaces de interiorizar y darnos cuenta de eso, no vamos a resolver nada. Mira, lo único que tienes de similar esto al terrorismo es que hasta que llegó a Lima no lo sentimos.

"Es impresionante, como si hablar de solidaridad fuera un acto terrorista", dice Vanessa Saba.

"Es impresionante, como si hablar de solidaridad fuera un acto terrorista", dice Vanessa Saba. Foto: John Reyes

¿Y siempre eres así de activa en política?

De vez en cuando veo una alguna cosa. Por ejemplo, cuando Castillo dio el golpe de estado y después dijo que que estaba incomunicado por Twitter. Eso me pareció...

¿Celebraste la salida de Castillo del Poder?

La verdad que fue un desastre su gobierno. Cuando dio el golpe de Estado mencioné en Twitter que tenía que irse. Y allí nadie me dijo nada, porque todos estaban de acuerdo. El problema es cuando alguien dice algo que a un grupo de gente no le gusta. De pronto, ese grupo de gente responde de una forma muy violenta, mientras se quejan de los violentistas, pese a que existen muchos tipos de violencia.

Ante las respuestas que obtuviste al tuit sobre la salida de la presidenta, cualquiera hubiera empezado a bloquear, pero tú -de manera didáctica- empezaste a explicar, a veces con cierta ironía y a veces y sobre todo con muchísima paciencia. ¿Por qué?

Creo que fue con la intención de tener una conversación, porque son estos momentos históricos perfectos para una reflexión colectiva. La necedad tal vez fue mía, al pensar que se podía conversar con personas para dejar claro mi punto.

En todo caso, es interesante que la idea del diálogo parta de voces ciudadanas, porque creo que en los partidos y en el Congreso hay una dinámica de guerra abierta.

No sé qué les pasa, no les importa o no sé. A veces repito “divide y vencerás”. Es que ellos están arriba y nosotros estamos peleando abajo, como tontos, haciéndoles el favor, cuando deberíamos estar juntos. Esa es mi opinión.

Es un buen punto. Los congresistas a veces aparecen como súper enfrentados, pero si le sacas la cuenta a las veces en las que votan temas importantes, muchas veces los extremos de izquierda y derecha votan de la misma manera. Se han tumbado, por ejemplo, la reforma universitaria.

Te comento una cosa que me llamó mucho la atención. Hace tiempo fuimos al Congreso junto con mi esposo. Éramos un grupo de cineastas que íbamos pedir por la Ley del Artista. Y estábamos en el Congreso, por el área del comedor, y fue muy impresionante para mí porque estaban juntos, de un bando y de otro bando, y eran todos como muy amigos, en un rato ameno. Fue impactante e interesante.

Claro. Pero en la tele parece que fueran enemigos feroces.

Así es, aparecen como predicando, ¿no?, cuando les ponen las cámaras aprovechan en hacer demagogia.

¿En qué puntos de la agenda de los manifestantes estás de acuerdo y en cuáles no?

En lo que estoy de acuerdo en que este es un país muy fragmentado. Estructuralmente, la pandemia demostró que el país no está bien, no está preparado para nada. Y eso es porque no se hicieron los hospitales, no se trabajó en lo que tenía que hacerse. Entonces, estoy de acuerdo en que eventualmente eso iba a generar un estallido social en gente que vive con muchísima necesidad. Principalmente con eso. Con respecto, a la Asamblea Constituyente, no estoy segura que tan terrible sería. Entiendo que nosotros elegiríamos a las personas que trabajarían en esa Asamblea Constituyente.

Una de las cosas que sí me llamó la atención es que tú dices, en otro tuit, que necesitamos igualdad entre regiones, entre Lima y las demás regiones, y la respuesta a eso es feroz, como si buscar la igualdad fuera algo equivocado.

Es impresionante, como si hablar de solidaridad fuera un acto terrorista. Es tanto el pánico, porque pienso que la gente habla por pánico, que no hay ninguna capacidad de reflexión. Ya el comunismo probó que no funciona. Francke fue el ministro de economía de Castillo, ni siquiera ellos hablaban de terminar con la propiedad privada. Hablan de socialismo como si fuera una mala palabra. ¿Qué tiene de malo? Es la distribución de la riqueza más justa, y para eso se necesita generar una economía de libre mercado.

Una frase también que usaste en Twitter es que quizás ya seamos dos países en uno.

Ese tuit planteaba una reflexión como para ponernos a conversar. Yo de alguna manera siento que ya estamos divididos, por lo menos ideológicamente, ya estamos partidos.

Recomendaste a la gente en algún momento que lea a Erich Fromm, ¿por qué?

Es un gran pensador, sicólogo, sociólogo, él habla de la condición humana. He leído varios libros de él y en todos plantea la misma teoría, pero de distintos flancos. Básicamente lo que él dice y explica es que los seres humanos tenemos pánico de estar solos, entonces buscamos aliados. Nos unirnos a ciertos grupos, pero el grupo siempre te pide ceder tu individualidad, tu manera de pensar. Hay un libro que se llama “Miedo a la libertad”, es súper interesante porque lo que dice es que la libertad es un poco aprender a ser uno mismo, a pesar del resto, y la libertad es sola y conlleva un poco de soledad también. Ahora, creo que nuestra neurosis es que queremos pertenecer a un grupo y a la misma vez pretender ser únicos.

¿Sientes que artes como el cine podrían ayudar un poco a calmar los ánimos?

Es compleja tu pregunta. Es que uno puede mostrar un montón de evidencia, documentales de una cosa u otra, pero si tu ideología es cerrada, para un lado o para el otro, no vas a reflexionar. Hay otra frase que dice que hay gente a la que no importa cuantas pruebas le muestres, no importa, no van a cambiar de opinión porque no están dispuestas a hacerlo, se han instalado en un bando A o B. Twitter está evidenciando eso en estos momentos.

¿Y vas a seguir en Twitter haciendo comentarios políticos?

Sí, algo he puesto hoy (jueves). Algo suave nomás, porque la gente ya se habrá aburrido. Pero, bueno, al Twitter entro por esto del servicio público y si tengo una opinión la daré alguna vez. Tal vez ya sin tanto ánimo de conversar, tampoco soy una mártir y no sé si valga la pena o eso termine exacerbando ánimos o polarizando.

¿Y has recibido comentarios de otros actores?

Sí, claro, me escribieron algunos amigos. También hay gente muy amable, gente que me escribe, que me dicen que no están de acuerdo conmigo, pero lo dicen con respeto. Y está bien, porque no tenemos que estar de acuerdo siempre. Pero en estas cuestiones no hay porqué faltarnos el respeto. Ojalá la empatía siempre la tuvieran las personas por delante.

Periodista formado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Es editor y reportero del suplemento Domingo de La República. También ha publicado en el diario El Tiempo de Colombia y La Tercera de Chile. Fue reportero de la sección política de este diario. Tiene un blog sobre fantasía (cuervosobrepalas.wordpress.com) y otro en el que comenta su trabajo periodístico (cambiodetitulares.wordpress.com)