Cultivando emociones: la alegría (I)

alegria

“Lo que realmente importa para el éxito, la felicidad y una vida larga de logros es la inteligencia emocional.” Daniel Goleman

Me vais a permitir que hoy no escriba sobre mediación sino sobre emociones, y que en sucesivos post vaya dando sencillas pinceladas de cada una de ellas, sin pretender que sea nada teórico, simplemente una reflexión. Hoy toca la alegría. ¿Cómo estás? ¿Contento, alegre? Dispuesto emocionalmente a leer este post con una sonrisa y ya pensando a ver si se acaba.

¿Qué significa exactamente estar alegres? La alegría es un estado de ánimo, un sentimiento positivo que sentimos cuando nos encontramos cómodos en una situación. Ya sea la alegría de un acontecimiento, o sólo el recordar a un amigo. Un sentimiento positivo que nos hace felices y puede manifestarse en diferentes grados. La alegría puede ser producto de una actividad que nos produzca diversión o entretenimiento.

Su intensidad se modula en función del grado de desear algo a conseguir y haberlo conseguido y por otros factores como la realidad del acontecimiento. No e slo mismo la alegría cuando echamos el euromillón pensando que nos va a tocar que cuando nos toca, ¿a qué no? (si es que nos ha tocado).

Otro factor que quiero destacar es la proximidad psicológica del motivo que desencadena esta emoción. Los corredores de pruebas de fondo van experimentando más alegría cuando ven que les queda menos distancia para llegar a la meta.

Y uno más, sabiendo que hay muchos más, es lo inesperado del acontecimiento, cuanto menos esperamos el hecho más alegría sentiremos.

El signo más reconocible de la alegría es una cálida sonrisa. Por supuesto, cada persona exterioriza la alegría de forma diferente. A menudo hay personas a las que no se les nota en absoluto que estén alegres. Y por ello no podemos decir que siempre la sonrisa implique alegría.

Bajo estados emocionales de alegría somos más creativos, más efectivos, interactuamos más con los demás, incluso llegamos a ser más serviciales, menos criticones….

Y no olvidemos que la alegría aumenta nuestras defensas…

La cara de una persona alegre se caracteriza por la elevación de los párpados, separación de los labios y se ilumina la mirada. Y no olvidemos que todos somos conscientes que cuando estamos alegres subimos el tono de voz y las variaciones del mismo.

Pero no todo es tan bonito…..

Existen personas que se alegran del mal ajeno. No todo el mundo, pero seamos sinceros, hay que admitir que en alguna ocasión también nos hemos alegrado por alguna pequeña desgracia que le ha pasado a un conocido, ¿o no? No vale mentir.

En ciertas ocasiones, la alegría deja de ser positiva y se convierte en negativa en diferentes grados. Las personas que presentan un ensalzamiento excesivo de su persona, están por encima de los demás y no respetan ninguna norma social. A menudo estos ciclos de euforia se alternan con ciclos depresivos por lo que la estabilidad emocional es muy baja.

Recuerda esta secuencia: SERENIDAD- ALEGRIA-EXTASIS

Ahora toca pensar… ¿Estoy alegre? ¿Soy alegre? ¿Genero alegría?

GRACIAS.

José Antonio

 

Un comentario en “Cultivando emociones: la alegría (I)

  1. Alejarse o no de la tristeza de los demás no es sínto ma de felicidad ni alegría sino más bien de tener pocas ganas de ayudar. Personalmente me da igual si se me puede considerar una persona alegre o no, pues no pretendo gustar a todo el mundo. Solo espero dar lo mejor de mí a quienes lo merecen. Saludos.

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