¿Hay un tercer cielo?

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2 Corintios 12:1-4 

Ciertamente no me conviene gloriarme; pero vendré a las visiones y a las revelaciones del Señor. Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar. 

  1. Pablo ahora va a comentar brevemente su experiencia cuando por obra de Dios fue llevado a Su presencia para recibir algunas revelaciones, mismas que, como él mismo dice, son tan sagradas que no se le ha permitido “expresar (v. 4). 
  1. Posiblemente Pablo hace este comentario para continuar con su defensa del apostolado y de cómo él ha sido escogido ciertamente por Dios para servirle. Evento, que, aunque muy significativo, no quiere del mismo gloriarse, sino que lo utiliza como argumento de su defensa, pero que si lo vivió. Por esto solo utiliza unas pocas líneas para mencionar su experiencia, y después continúa hablando de sus debilidades y de la gracia de Dios (2 Co. 12:5-10). 
  1. Con el deseo de no referirse directamente de sí mismo, menciona de “un hombre en Cristo”, y después menciona que conoce “al tal hombre (v. 2, 3). Así como el apóstol Juan en su Evangelio, hace referencia al discípulo a quien amaba Jesús, pero no se menciona a sí mismo (Jn. 13:23-24; 21:20). 
  1. En ambos versículos (v. 2, 3) expresa con certeza que no estaba seguro si la experiencia había sido de cuerpo o si había habido una separación del alma para ser llevado al “tercer cielo”, pero si asegura que estuvo ahí, y que sólo “Dios” sabía cómo había sucedido. 
  1. El “tercer cielo” o el “paraíso” es el lugar en donde Pablo se habría encontrado en la presencia de Dios para recibir esas “visiones” y “revelaciones”, dando a entender que ambos son el mismo lugar, y utilizando la misma palabra que Jesús le dijo al malhechor que se encontraba con Él en la cruz (Lc. 23:43), es el lugar a donde ahora va el alma de los creyentes después de la muerte. 
  1. Por las evidencias en la Biblia podemos decir que la atmósfera terrestre, este cielo azul que contemplamos desde la tierra, es el primer cielo (Gn. 8:2Dt. 11:111 R. 8:35), el segundo es el espacio interplanetario, el universo como lo conocemos, donde se encuentran las estrellas, planetas y demás elementos celestiales (Gn. 15:5Sal. 8:3Is. 13:10) y el tercero cielo es la “morada” de Dios, que está sobre todas las cosas (1 R. 8:302 Cr. 30:27Sal. 123:1). 

La pregunta de todos es común: ¿Dónde está el cielo a donde van los creyentes? … Y como no tenemos una persona a nuestro lado que haya vuelto de allá para contarnos, la respuesta puede quedar inconclusa. 

La otra pregunta común es: ¿Dónde habita Dios o dónde está su morada? Y esa es la segunda pregunta con muy pocas respuestas claras, porque lo que la Biblia nos habla en forma general es de visiones que los santos hombres de Dios experimentaron cuando vieron Su presencia, y quedaron registrados en la Biblia. 

Lo que sí se sabe es que Dios habita “en los cielos” (Sal. 123:1), lugar donde se halla su presencia. Ahora, debemos recordar que “Dios es Espíritu” (Jn. 4:24), por lo tanto, la idea de una casa o un palacio no debe presentarse en nuestra mente cuando pensamos en Su morada. Dios no necesita de un lugar para habitar, puesto que su grandeza es incomparable (Dt. 33:26). 

Pero de lo que sí sabemos es que lo que vemos de Dios es Su gloria, mas no su misma presencia. Nadie podría ver a Dios y vivir (Ex. 33:20), ni aún los ángeles, ellos solo ven el resplandor de Su gloria (Is. 6:1-3), pero lo que si llegamos a conocer es que Dios se manifiesta a través de Su gloria. 

Ahora, el “tercer cielo” o el “paraíso” es el lugar en donde los creyentes van después de su muerte. El alma del creyente es llevada inmediatamente después de su muerte, y ahí esperan el tiempo hasta que Jesús vuelva con todos a reinar en la tierra durante el Milenio. Antes de esa venida, ellos recibirán su cuerpo resucitado y glorificado para habitar corporal y espiritualmente en la tierra, y después de esto vivir así la eternidad (1 Ts. 4:13-18). 

También debemos recordar que Jesús está con los creyentes en este lugar llamado paraíso, esa fue la promesa dada por Jesús al malhechor que murió con el Señor al lado en la cruz (Lc. 23:43). Recordemos que Jesús, al ser Hombre, si puede manifestarse siendo Dios, y es por ello que lo veremos cuando lleguemos allá, pero al Dios el Padre, nadie lo ha visto jamás (Jn. 1:18). 

Por ahora siguen muchas interrogantes que posiblemente serán respondidas cuando lleguemos a Su presencia, pero hasta el momento la esperanza que todos tenemos de llegar a ese lugar tan especial está dado por el Señor, y Él nos está preparando un lugar especial allí, a todos los que creemos en Él (Jn.14:1-6). 


«El tercer cielo o el paraíso es un misterio respondido a medias en la Biblia, pero es un misterio por los detalles al respecto, no por su existencia, y la confianza de todo creyente de llegar allí está dado por Dios y registrado en las Escrituras»

Ministerio UMCD

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Publicado por Ministerio UMCD | Un Momento Con Dios

Reflexiones Cristianas. Salmos 1:2 "Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche."

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