Educación rural: Contraste entre México y Canadá

Según Ordaz (2009), la educación tiene un papel central en el crecimiento económico, el bienestar y el desarrollo humano; por su parte,entidades tales como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) han puesto especial énfasis en la educación como elemento fundamental para reducir la pobreza extrema, particularmente en el sector rural, a través del programa “Education for Rural People”.

Actualmente, el estudio del sector rural es de suma importancia en vista de los grandes rezagos que este presenta con respecto al sector urbano ya que, es en el medio rural de México donde se agudiza la pobreza y se manifiestan los mayores niveles de desigualdad. En el año 2006, cerca del 55% de la población rural se encontraba en situación de pobreza de patrimonio (Ordaz, 2009) (ver gráfico 1). 

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Gráfico 1. “México: Evolución de la pobreza rural, 1992-2006”. Fuente: Ordaz (2009).

Algunos estudios señalan que la desigualdad en México se atribuye a las desigualdades educativas (López-Acevedo, 2004 y Atanasio y Székely, 1999 en Ordaz, 2009). Entre las cuales destaca la desigualdad educativa existente en términos de cobertura educativa, pues al año 2005 la escolaridad promedio era del 8,9 para el sector urbano, mientras que para el sector rural era de 5,6. Además, las personas del medio rural presentan niveles de escolaridad generalmente inferiores a los del medio urbano, pues, de acuerdo con cifras del Segundo Conteo de Población y Vivienda 2005, el 72% de la población rural no tiene instrucción o sólo alcanza la primaria como máximo nivel de escolaridad. En contraposición, en el medio urbano, el 55% de la población tiene un nivel de instrucción de al menos la secundaria. Como se muestra en el Cuadro 1, de la población que no concluyó la primaria en el ámbito rural, el 47% se encontraba en condiciones de pobreza alimentaria y 76% en pobreza de patrimonio. No obstante, quienes tenían igual nivel educacional en áreas urbanas, el escenario era completamente distinto, con un 18,8% y 57,6%, respectivamente. Por otro lado, en el caso de los habitantes que contaban con una educación superior (preparatoria y licenciatura) en el sector rural, el 4,3% se encontraba por debajo de la línea de la pobreza alimentaria, mientras que en el sector urbano, sólo el 1,2% (Ordaz, 2009). A partir de estos datos, el autor señala que, probablemente en el sector rural se requiere una mayor cantidad de años de escolaridad para asegurar la baja probabilidad de estar en situación de pobreza, lo que puede ser explicado en cierta medida por la menor calidad educativa en el sector rural.

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Cuadro 1. «México: Pobreza de acuerdo con el nivel educativo, 2005″. Fuente: Ordaz (2009).

Lo anterior podría contribuir a ilustrar el déficit de asistencia a la educación por parte de la población en México. “La ENH 2016 estima un total de 60.5 millones de personas de 3 a 30 años de edad, que corresponde al grupo de edad en el que es más factible estar cursando algún tipo de estudios. De ellas, el 58.4% (35.3 millones) indica que está asistiendo a la escuela; en las localidades rurales asiste a la escuela el 54.7% (8.1 millones) y en las urbanas lo hacen el 59.6% (27.2 millones)” (INEGI, 2017:10) (ver cuadro 2).

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Cuadro 2: “Personas de 3 a 30 años por condición de asistencia a la escuela y obtención de beca o crédito educativo según tamaño de localidad, 2016”. Fuente: INEGI (2017).

Esta tendencia también se observa en la etapa pre-escolar, ya que el porcentaje de población de 3 a 5 años de edad que asiste a la escuela en localidades menores a 2.500 habitantes es del 50,3% (INEGI, 2010), considerándose estas localidades como zonas rurales (CONEVAL, 2012). Mientras que, en localidades con 100.000 habitantes y más, el porcentaje de asistencia alcanza el 54,1% (INEGI, 2010).

A pesar de esta tendencia, el papel de la educación rural en México es relevante para que hogares rurales puedan acceder a mejores empleos no agropecuarios y así poder contribuir a la reducción de la pobreza y desigualdad en el sector rural (De Janvry y Sadoulet, 2001 en Ordaz, 2009). Por esta razón, es necesario prestar especial énfasis a las escuelas rurales, considerando que estas conforman alrededor del 40% de las escuelas de educación básica y sin embargo, las políticas educativas no están dirigidas hacia ellas, perpetuándose problemáticas tales como malas condiciones de equipamiento e infraestructura, carencia de materiales didácticos, uso limitado de la tecnología e inexistencia de profesores competentes, pues en su mayoría han egresado recientemente y no han recibido la formación adecuada para enfrentarse a situaciones tales como tener estudiantes de diferentes grados en un mismo grupo, como normalmente sucede en escuelas rurales. (Sánchez, 2017).

Es por esto que el Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE) busca disminuir los rezagos educativos de los habitantes de zonas rurales e indígenas, por medio de programas compensatorios que se encargan de otorgar incentivos a los docentes y materiales didácticos a los alumnos y profesores, además de sustentar el mantenimiento y mejoramiento de la infraestructura de las escuelas (Ordaz, 2009). Dentro de los materiales didácticos que ha incorporado la escuela rural mexicana se encuentran las TIC (tecnologías de la Investigación y la Comunicación), las cuales han propiciado una educación más democrática y una mayor comunicación e intercambio de conocimientos, facilitando el proceso de aprendizaje (Cituk y Vela, 2010). Durante el año 2013 se impulsó una reforma educativa, en la cual se plantea que la principal función del Instituto para la Evaluación de la Educación (INEE) es emitir directrices o sugerencias de políticas educativas a las autoridades correspondientes (Sánchez, 2017).

A modo de contraste, en el caso de Canadá, entre los años 1981 y 1996, la proporción de habitantes con algún tipo de educación postsecundaria aumentó de un 44% a un 58%, siendo uniforme tanto para zonas urbanas como rurales. Para el año 2003, las personas entre 25 y 54 años que contaban con algún tipo de educación postsecundaria en las zonas urbanas es ligeramente superior al 60% y un poco menos del 50% en zonas rurales (CCL, 2006).

En vista de estas escasas diferencias entre zonas rurales y urbanas en materia de educación, es que existe espacio para la educación adulta, siendo los colegios el principal medio para la educación y capacitación de adultos en cuanto a fuerza de trabajo. No obstante, además existen grupos comunitarios que se encargan de necesidades tales como alfabetización de grupos de escasos recursos en zonas rurales, inmigrantes y con bajo nivel de alfabetización o educación, obteniendo su financiamiento del gobierno provincial, territorial o federal (OEA, 2004).

Cabe destacar que entre los países de la OCDE, Canadá presenta la peor brecha rural-urbana con respecto a los niveles de educación dentro de la fuerza laboral. Teniendo en cuenta que, una fuerza laboral bien educada conlleva al crecimiento económico de una región, es que se busca reducir esta brecha entre la educación urbana-rural (CCL, 2006), lo cual puede ser alcanzado mediante estos planteles de enseñanza.  

Finalmente, debido al gran tamaño del país y a que su población también se distribuye fuera de las ciudades principales, cada jurisdicción se enfrenta al desafío de ofrecer una educación de calidad también en escuelas pequeñas ubicadas en lugares remotos. Ante este desafío, los gobiernos han utilizado su capacidad tecnológica para expandir los cursos que se ofrecen en las escuelas secundarias, desarrollar programas especiales para atraer y mantener maestros y financiar las necesidades escolares que se presentan en sitios rurales y apartados (OEA, 2004).

Bibliografía

Una respuesta a “Educación rural: Contraste entre México y Canadá

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  1. Interesante publicación, acá queda de manifiesto la importancia de la educación y como ésta ayuda a disminuir la pobreza y en el aumentar de la calidad de de vida de las personas. Si nos fijamos en la realidad rural chilena, nos daremos cuenta de la dificultan que conlleva ir a la escuela, principalmente por la falta de conectividad, por ello se hace importante replantearse el desarrollo rural a través de la educación

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