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Lima, 23 de noviembre de 1995 ante el Poder Judicial para que éste emita una
orden por la cual se nos permita hablar en el
Enrique Chirinos Soto. Manuel Lajo Lazo. Congreso, porque nuestro derecho y nuestra
Antero Flores-Araoz Esparza. Lourdes Flores obligación es hablar.
Nano. Máximo San Román Cáceres. Susa-
na Díaz Díaz." Cuando algunos congresistas no hablan se bur-
lan de ellos en los periódicos, diciendo, fulano
El señor PRESIDENTE. Entonces, está cla- no habla o en el debate tal fulano no habló. Aho-
ro que usted no ha mencionado los nombres alu- ra estamos en el debate presupuestal y nos en-
didos. contramos sin la presencia de los ministros de
Estado. Yo también coincido que los ministros
Puede proseguir el congresista Chirinos Soto. debieran estar aquí en todo el debate presu-
puestal. Si esto es debate presupuestal, ahí de-
El señor CHIRINOS SOTO (Ren). Esta- bían estar, pero para eso sí hay manga ancha,
ban implícitos pues, es lo que me ha llevado a ahí sí se lee la Constitución alegremente; pero
confusión, pero le pido disculpas al señor Relator. para quitarnos el uso de la palabra hay otra ac-
titud.
Yo no pretendo hablar dos horas, señor Presi-
dente. Éste es el sexto Congreso al que perte- ¿Qué significa el quitarnos el uso de la palabra?
nezco y jamás en debate parlamentario hay un ¿Para qué lo quitaron ustedes? Para que la se-
discurso de dos horas, creo que ni de una hora. sión fuera de trámite rápido, como han abusa-
En mi caso, habré hablado veinte minutos o do, y el abuso de Derecho está prohibido. Les he
media hora como máximo. salido con esa moción de censura para que pier-
dan tiempo, exactamente, para que aprendan
Señor Presidente, no estoy proponiendo la cen- que si no tienen consideración, si no tienen fle-
sura porque acordaron que cada grupo tenía cin- xibilidad con la minoría, los pobres representan-
co o diez minutos y entre el PPC y nosotros so- tes de minoría estamos en el derecho de decir:
mos un solo grupo. Entonces, a pesar de que nos sí, estamos sometidos a una tortura permanen-
cedan o no más tiempo, lo real es que eran cinco te, no podemos hablar.
minutos, y el colega Salazar había hablado por
un tiempo de dos minutos y medio, yo otros dos En realidad no tenía preparado de antemano un
minutos y medio, y si hubiera querido interve- discurso, sólo contaba con unos cuantos apun-
nir el señor Rey, habríamos hablado minuto y tes sobre el tema presupuestal. Más aún, estaba
medio cada uno. hablando a favor del dictamen, a favor del pro-
yecto del Gobierno, y me cortan. ¿Qué será cuan-
Es por eso que propongo el voto de censura, por- do un congresista hable en contra?
que los señores Joy Way y Torres y Torres Lara
han aplicado una disposición tan monstruosa, Yo estaba diciendo, "estoy de acuerdo con el cri-
sea de la Mesa Directiva o del Consejo Directi- terio esencial del Gobierno: que los ingresos de-
vo, que viola en primer término la Constitución ben ser iguales a los gastos"; pero el señor To-
del Estado, el derecho que tenemos los repre- rres y Torres Lara, convertido en una especie de
sentantes a hacer uso de la palabra. inquisidor a nombre propio, me guillotina las
palabras. Con todos ha habido consideración,
Yo le agradezco mucho al señor Lajo por la ex- menos conmigo
presiones bondadosas que ha tenido hacia mi
persona, cuando dice que mi discurso estaba muy Se me ha terminado el tiempo, voy a terminar,
bien y que me dejaran terminar. Ése no es el señor Presidente. Y en ese terminar, y ésa es
caso, señor, porque mi discurso puede haber es- una lección maestra del doctor Cáceres, que dice
tado pésimo, pero tengo el derecho de hablar, "voy a terminar", pero habla más de lo que ha-
ése es el punto. bía dicho antes.
Estamos en un Parlamento donde no se puede A mí no, a mí no se me deja decir "voy a termi-
hablar y donde el señor Joy Way mi distingui- nar". No se me dice, "señor, su tiempo se le ha
do amigo y el no menos distinguido amigo acabado, sírvase concluir". No, no sé por qué
el señor Torres y Torres Lara traen un papelito motivo. En todo caso, es un motivo que no acep-
diciendo que esto es lo que hemos acordado an- to. A nadie se ha tratado así esta mañana, a na-
teayer: que de cada diez congresistas habla uno, die.
y ese uno habla dos minutos. ¿Esto es un Con-
greso, señores? Por eso dije y sin chiste que Señor Presidente, planteo la censura de una par-
soy capaz de interponer una acción de amparo te de la Mesa Directiva, no de usted, porque no
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