Al igual que a otros muchos artistas, la pandemia ha cambiado algo en Vanessa Saba. Con una carrera asentada en Perú, a sus 45 años ha visto el momento de probar un nuevo mercado y se ha trasladado a vivir a México, donde tiene como compañero de aventuras a otro actor, Marco Zunino (Leonela).

¿Cómo te van las cosas?

Bien, llegué hace dos meses a conocer el mercado y salir un poco de Lima, mi ciudad. Creo que hay posibilidades de trabajo porque se hacen muchas producciones, aunque todavía no se ha concretado ningún proyecto. Es una experiencia interesante.

¿Y por qué ahora?

Es una época de transformación. El trabajo está parado en Perú y sentí que era el mejor momento para moverse. Cuando estás muy cómodo, no te animas a hacer cambios. Sin embargo, en las crisis hay que tomar decisiones. Siempre quise cambiar de aires.

¿Tiene también que ver con la crisis con tu esposo?

No, estamos muy bien. Él me animó a probar esta aventura.

¿Conocías México?

Sí, estuve con mi marido de luna de miel y, más tarde, de gira con Las mil y una noches, de Vargas Llosa. Me encanta porque se parece a Perú, es como estar en casa.

¿Te quedarás?

Estoy tanteando qué hacer. Planeo regresar a Lima para rodar dos películas después del verano.

¿Qué tal con tu compañero de piso, Marco Zunino?

Somos amigos desde los veinte años. Es muy cómodo vivir con él porque es respetuoso, ordenado y limpio. Cuido de su perro, que me busca para jugar y sacarlo a pasear.

¿Te toca hacer muchas tareas de la casa ahora?

Claro. En Lima estaba Juanita, pero aquí Juanita soy yo (risas). Limpio, cocino…

¿Cómo llevas la pandemia?

Con algo de ansiedad, como todos, pero trato de cuidarme mucho y no vivir con miedo. Aun así, he tenido suerte, porque grabé la única novela que se hizo en Perú durante el confinamiento, Mi vida sin ti, a finales de 2020.

¿Fue complicado?

Lo calificaría más como una bonita vivencia. Los actores estábamos confinados en un hotel con los mejores protocolos sanitarios. Nadie enfermó en tres meses.

De la veintena de telenovelas en las que has participado, ¿con cuál te quedarías?

Con Pobre diabla y Amor de madre. La primera, por el elenco y porque Rebeca fue mi primera villana. En la segunda, me sentí feliz y poderosa con María Eduarda. Fue un trabajo muy divertido.

Casi siempre haces de mala.

Es verdad, no sé por qué, quizás por el pelo negro. Disfruto mucho esos personajes: son atractivos e irónicos.

Has coincidido varias veces con David Villanueva, ¿cómo es?

Tres, la última precisamente en Mi vida sin ti. Me río mucho con él, tenemos química y nos entendemos muy bien.

mi vida sin ti

Vanessa Saba es…

Muy tranquila. Me cuesta enfadarme y gritar, pero a veces me sale el carácter.

Actriz, guionista, productora… ¿Dónde te sientes mejor?

Me gusta escribir y producir, aunque no quiero dejar de actuar. Donde no me veo es detrás de la cámara, dirigir me parece demasiado difícil.