Hace 20 días, Jorge Drexler (57) estaba en las nubes. "Voy a participar en un evento en el que el entorno lo es todo. Convertiremos la naturaleza en escenario", comentaba a LOC a días de su debut en El Bosque Sonoro, un místico festival que se iba a realizar en Mozota, Zaragoza. No obstante, hace dos semanas, la Dana ocasionó grandes daños en Aragón y el espectáculo tuvo que cancelarse. Pese a ello, Drexler no desistió y este lunes ha confirmado que el 13 de octubre sí se presentará en Zaragoza. Pero no en un festival, sino que en el parque José Antonio Labordeta.
- Tras tocar en Barcelona, Vigo y Madrid, sigue en sus gira por España y este 13 de octubre se presentará en Zaragoza. ¿Cuánta emoción siente al volver a cantar en directo?
- Volver al directo es que te vuelva el alma al cuerpo, realmente. Es la sensación de que te vuelve la sangre. Yo estuve 18 meses en un mundo que no estaba mal, que es el mundo del aislamiento, de volcarte en ti mismo y en tus seres queridos... pero todo mi sistema estaba hecho para tener una relación con un mundo mucho más abierto. Y me costó mucho cerrarme.
- ¿Y puedo preguntarle cómo o cuánto lo cambió el encierro?
- Me afectó mucho la verdad, al principio. Primero estaba pidiendo parar, porque venía de 160 conciertos en dos años y medio. Pero luego me di cuenta de que el encierro me dificultaba algunas cosas, como la composición, porque me di cuenta de que siempre componía pensando en el escucha. Y al no tener el escucha al frente me costaba escribir. Y por eso recién saqué una canción nueva cuando empezamos la gira: La guerrilla de la concordia. Un tema con un coro góspel que habla de la batalla por la empatía, por considerar que el otro también es yo y que yo soy el otro. Una batalla que acompaña a la especie humana desde sus orígenes y que no va a cesar. Pero a veces se agudiza esa necesidad de cambiarlo todo y yo creo que en esta época se agudizó esa necesidad.
- Y ya que hablamos de épocas de cambios, ¿puedo preguntarle cómo ha vivido la era covid desde el punto de vista científico? Me interesa saber mucho saber su opinión como médico.
- Ha sido muy interesante. He vivido periodos de miedo, al principio... sobre todo, porque el covid nos dio muy temprano a toda la familia y nadie tenía muy claro cómo era la evolución ni lo que iba a pasar. Ahí se pasó con mucho miedo. Luego, tuve esa sensación de que todo el mundo que tenía esas opiniones narcisistas aprendió a callarse la boca y a dejar hablar a los que realmente saben. Entonces, la ciencia volvió a tener un lugar protagónico, con todo lo que conlleva.
- ¿A qué se refiere con "todo lo que conlleva"?
- Por ejemplo, la incertidumbre. Pero no hay que confundir la capacidad que tiene la ciencia de volver a ajustar su rumbo con no saber nada de nada, porque sabemos muchísimo de esta enfermedad. Y eso es mérito de miles de científicos que han trabajado sin pausa. Algunos incluso se han forrado con el tema. Pero, ¿quieres que te diga una cosa? No me importa que esas personas ganen dinero mientras estén colaborando con una causa buena para la Humanidad. En lo que me parece importante centrarse en este momento es que la vacuna no sea simplemente un privilegio, como está siendo ahora, que estamos considerando darnos una tercera dosis en el primer mundo mientras un porcentaje enorme en los países más desfavorecidos no tienen acceso ni siquiera a la primera.
- Recientemente, escribió en Twitter que le parecía increíble tener que repetir que ponerse la vacuna es mejor que pasar la enfermedad... Aun así, usted parece tener la voluntad de hablar con los negacionistas.
- Me parece que estamos en una época donde es importante dialogar con todo el mundo, inclusive con el que tenemos clarísimo que está equivocado. Y hay que hacerlo sin superioridad y con empatía, porque el miedo genera mucho desconcierto. Hay que entender los miedos de las personas, sin paternalismo. Hay que sentarse y decir "mira, la ciencia funciona por ensayo y error, pero va ajustando su mira y ya hay muchas cosas que sabemos"... Bueno, no me voy a meter a hablar de hechos científicos, pero sí quiero decir que las vacunas sirven y sirven para lo más importante, que es evitar la enfermedad grave. Y eso es indiscutible. ¿Que puede que contagiamos los vacunados? Aparentemente sí, pero seguramente en un grado menor que no los vacunados.
- Además de dialogar con tercos... Cuénteme, ¿cuáles son sus próximos proyectos?
- Vamos a seguir sacando canciones individuales. De hecho, en las próximas semanas hay una sorpresa, una canción que es muy diferente a la anterior y eso es fruto de la pandemia. Esas ganas de probar cosas nuevas. Cuando te da un susto muy grande, piensas "a la mierda todo, voy a hacer lo que tenga ganas". Además, ya tengo una edad y me lo puedo permitir.
- Y en esta edad en que se permite todo, ¿a qué quiere cantarle Drexler?
- Yo le he cantado a una parte ínfima de lo que le quiero cantar, pero también creo que es un error pensar que las canciones se tratan de algo. Las canciones son como collares hechos de cuentas, hay algunas que quieren decir muy poco y son contundentes y otras quieren decir mucho, pero no pueden. Y uno no escribe lo que quiere, escribe lo que puede. Hay tantos temas que gustaría abordar... y me resulta muy difícil hacerlo. Pero intento abrir las temáticas de mis canciones como una mancha de aceite. Poquito a poquito, con mucho trabajo, como quien va haciendo una escultura.
- De hecho, más que esculturas, muchos consideran que sus canciones son obras de arte. Que le digan que es uno de los mejores compositores contemporáneos ¿le sube el ego?
- Yo empecé a vivir de la música a los 30 y me empezó a ir bien a los 40. Era tan mal vendedor de discos que aprendí a no prestar atención a las expectativas. Además, estoy demasiado mayor como para creerme una afirmación... aunque también estoy demasiado mayor para no agradecer. Porque me consta que mucha gente dice esas cosas con sinceridad. Así que mi trabajo es agradecerte, no es creerte. Intentar agradecerlo y olvidarlo, para no trabajar con esas expectativas. Por otro lado, que te digan que eres el mejor no lo es lo más bonito que te pueden decir, hay cosas como "tu canción me ayudó a salir adelante" que son vitales. Pero incluso esas cosas las recibo, las agradezco e intento no llevarlas encima. Porque no se puede vivir con el peso de ese tipo de responsabilidad.
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