Como ha contado Hispanidad, desde que el Tribunal Supremo de Estados Unidos falló, en junio del año 2022, a favor de eliminar el precedente de 'Roe contra Wade', que puso fin a la protección legal del aborto en Estados Unidos después de casi cinco décadas, comenzaba la verdadera batalla por la vida en la primera potencia mundial, dado que cualquier Estado podía optar por prohibir el aborto de manera integral si así lo deseaba, al igual que sería posible la aprobación de una ley federal que permitiera su derogación a nivel nacional.

Desde el fallo del Supremo, han sido muchos los estados que han optado por proteger la vida. Pero otros, lo han hecho al contrario, fomentando leyes abortistas (como en Ohio). 

Y el último caso conocido de un Estado que promociona el aborto ha sido Michigan, cuya gobernadora demócrata, Gretchen Whitmer, ha firmado una serie de proyectos de ley extremadamente abortistas que eliminan la prohibición del aborto por nacimiento parcial (incluso cuando el bebé puede sobrevivir al parto), eliminan las normas de salud y seguridad para los centros de aborto exigidas para cualquier otro centro médico, y permiten a los centros de aborto ocultar información a las mujeres sobre los riesgos y complicaciones, informa LifeNews. 

La gobernadora Whitmer acaba de firmar algunas de las medidas menos compasivas de la historia del estado

La Directora de Asuntos Estatales de SBA Pro-Life America, Sue Liebel, señaló: «La gobernadora Whitmer acaba de firmar algunas de las medidas menos compasivas de la historia del estado. El aborto de nacimiento parcial consiste en dar a luz parcialmente a un bebé mientras todavía está vivo, aplastando el cráneo del bebé y aspirando el cerebro del bebé. Este método de aborto tardío supone una muerte atroz para el bebé y una experiencia traumática para la madre que plantea riesgos para la salud".

Y todo esto en el contexto de los intentos del actual presidente de EEUU, el 'católico' Joe Biden, por promover el aborto a todos los niveles, en el ámbito nacional e internacional, como si fuera un derecho humano global. Una política para la que se apoya --y comparte- con la ONU... 

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