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Red Internacional

Se da comienzo a la nueva edición del Carnaval Andino con la Fuerza del Sol Inti Ch’amampi 2023, que cuenta con la participación de 67 comparsas, más de 16 mil músicos y bailarines. Esta edición no ha estado exenta de polémicas, por denuncias de algunas agrupaciones a quienes no se les permitió participar en el evento ¿Quién decide esto?

Domingo 5 de febrero de 2023 | 01:49

Una nueva versión del Carnaval Andino con la Fuerza del Sol Inti Ch’amapi 2023 inicia, retomando esta tradición luego de 2 años sin realizarse producto de la pandemia, que en medio de una situación de crisis como en la que nos encontramos, también sirve para reactivar económicamente a la ciudad con el turismo.

Un evento que reúne a más de 16 mil músicos y bailarines, con la participación de 67 comparsas, que se dividen en distintas categoría como: Caporales, Morenadas, Tinkus, Tobas, Pueblos, Tarqueadas, Danzas Livianas, Comunas y Afrodescendientes, más agrupaciones de Salay invitadas.

Quienes durante todo el año se preparan e invierten en trajes, indumentaria y traslado, ya que se convocan desde distintos países como Perú, Bolivia, Argentina y Brasil, pasando a ser el tercer carnaval más importante de Latinoamérica después del carnaval de Río de Janeiro y el de Oruro.

Este carnaval está principalmente organizado por la Municipalidad de Arica de conjunto a la Federación de la Cultura y las Artes Indígenas “KIMSA SUYU” y la Sociedad Indígena Confraternidad de Agrupaciones Folclóricas “INTI CH’AMAMPI”. Y es que desde aquí se viene desarrollando un polémico hecho que ha generado que al menos unas 8 comparsas conformen una nueva organización para enfrentar la exclusión a la que se han visto expuestos por quienes organizan el carnaval.

Un hecho que no es nuevo, ya que hace años que se le viene negando la participación a algunas agrupaciones y comparsas que no cumplen con ciertos requisitos ¿Quién establece estos criterios? es una gran pregunta que se abre frente a la organización de un evento de esta magnitud que convoca a miles de personas, pero que frente a estas situaciones apuesta por marginar a decenas de artistas, bailarines y músicos que buscan mantener la tradición y otorgar este espacio que se abre al arte en la ciudad.

Parte de esto sucedió hace unas semanas, donde 8 comparsas y agrupaciones culturales, denunciaron la exclusión del carnaval. Esto principalmente a que de manera arbitraria se definió que ya no podían sumarse más comparsas, sino más bien debían participar de manera fusionada con otras de la misma categoría, invisibilizando la identidad de cada agrupación por una parte, pero con requisitos insólitos como el pago de 5 millones de pesos para poder participar.

Esto abre a problematizar mucho más profundamente la situación, considerando que el acceso al arte y la cultura ya es restringido, de manera unilateral y con criterios elegidos por arriba, se excluyen a bailarines, músicos y artistas que buscan rescatar el legado cultural de pueblos indígenas y tribales, quienes también invierten tiempo y recursos en esta actividad. Es una medida que va en sentido contrario de buscar el desarrollo cultural como tanto se jacta la Municipalidad de Arica, a la cabeza con Gerardo Espíndola.

Frente a esta situación, estas 8 comparsas conformaron una nueva organización llamada “TAWANTISUYO”, quienes en medida por la exclusión del carnaval se agruparon para sortear esta arbitraria medida y poder pasar de igual forma por el recorrido del carnaval como forma de protesta ante este hecho.

De esa manera se ha llevado adelante esta manifestación en rechazo a un cuestionamiento que no es nuevo, que hace años se viene dando, pero que al menos en esta nueva versión del carnaval empieza a encontrar al menos una forma para expresarse más claramente, que sin duda ha generado polémica entre organizadores, participantes y espectadores, que abre más duda de cómo se organiza y decide qué hacer con el carnaval.

Incluso donde en ediciones anteriores de este evento, como posterior al 2019 muchas comparsas buscaron expresar su rechazo hacia la represión vivida en el estallido social y que esta directiva, compuesta por la Municipalidad de Arica, la Federación de la Cultura y las Artes Indígenas “KIMSA SUYU” y la Sociedad Indígena Confraternidad de Agrupaciones Folclóricas “INTI CH’AMAMPI” censuraron completamente estos gritos y performances preparadas para esto, para no mezclar esta fiesta con política.

Puede leer aquí https://www.laizquierdadiario.cl/Ar...

El acceso al arte y el entretenimiento ya es acotado, por falta de recursos la mayoría de las veces, ya que sabemos que en medio de las largas jornadas de explotación, el acceso al ocio y el arte queda relegado a segundo plano. Es por eso, que la medida de exclusión, va muy por el contrario a de facilitar el acceso. Y sobre todo, limitar el acceso para que puedan servir como medio que se ponga al servicio de las luchas y necesidades de las y los trabajadores.

Este conflicto abre a pensar la necesidad de que eventos como estos, entre otros espacios de entretenimiento puedan ser amplios y también más democráticos, donde se puedan elegir las formas en las cuales organizar el carnaval y enfrentar los distintos problemas y conflictos que se dan en estas celebraciones, como el problema de la violencia machista y que también puedan determinar al servicio de qué también poner estas festividades según las necesidades que hayan, por ejemplo para denunciar la actual represión que está viviendo el pueblo peruano, bajo el gobierno golpista de Dina Boluarte.

Es por eso que deberían ser las y los bailarines, músicos y artistas quienes decidan cómo llevar adelante este carnaval, para que dejen de ser algunos pocos y de manera unilateral, quienes tomen la decisión por sobre el rescate cultural y social que buscan generar algunas agrupaciones.


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