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La selva peruana no se deja explotar

El movimiento indígena resiste a los planes del Gobierno neoliberal de Alan García para perforar la Amazonía

MANUELA IRIGARAY

Cuando el presidente peruano, Alan García, tranquilamente dio el visto bueno a unos cuantos decretos legislativos y a varias concesiones con empresas petroleras y mineras hace ya más de un año, no sospechaba lo que se cocía en la selva de su país. Tal vez sí lo sabía, pero la explotación de los recursos naturales corría mucha más prisa. Él mismo lo había asegurado al decir: 'El Perú tiene la riqueza más grande del mundo', pero 'apenas la décima parte de esos recursos está en proceso de explotación, porque aquí todavía discutimos si la técnica minera destruye el medio ambiente, lo que es un tema del siglo pasado'. Hoy, la popularidad del presidente peruano vive mínimos históricos.

Las 65 comunidades indígenas nativas de la selva fueron reconocidas por el Estado peruano en 1974 y de poco les ha servido hasta ahora, a pesar de que Perú ha ratificado tanto el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y Tribales, como la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

En octubre de 2007, Alan García les calificó de 'perros del hortelano', porque poseen territorios que no aprovechan debidamente pero tampoco dejan que otros los aprovechen. La política neoliberal del gabinete aprista jugó su baza y el Gobierno emitió 102 decretos legislativos en 2008, 12 de los cuales atentan directamente contra los territorios de los pueblos indígenas ancestrales.

En respuesta, las comunidades nativas han protagonizado paros y manifestaciones desde agosto de 2008 hasta la fecha actual. La protestapacífica de los indios amazónicos en Bagua, que llegaba a su segundo mes, fue disuelta violentamente por la Policía el 5 de junio y terminó con la trágica muerte de policías e indígenas. Las cifras oficiales hablan de 34 víctimas, 24 policías y diez civiles, aunque se desconoce lo acontecido realmente.

El presidente peruano calificó a los habitantes del Amazonas como 'perros del hortelano'

García acusó entonces a fuerzas extranjeras de motivar la violencia y llamó ciudadanos de segunda clase a los pueblos indígenas peruanos. '¿Que pueden decir 400 mil nativos a 28 millones de peruanos: ustedes no tiene derecho de venir por aquí? ¡De ninguna manera!', añadió. El llamado Baguazo provocó el tercer cambio de Gabinete en la legislatura de García y la derogación en el Congreso de dos de los decretos más polémicos.

El país latinoamericano desconocía la existencia del movimiento indígena, pacífico y organizado, que ha irrumpido en la sociedad peruana a raíz de la aprobación de estos decretos. En el inconsciente colectivo, los habitantes de la Amazonía actuarían como salvajes con el cuerpo pintado y un taparrabos. Contra todo pronóstico, Alan García se ha visto obligado a lidiar en el cuadrilátero con un grupo fuerte y perseverante, en un país acostumbrado a las protestas desorganizadas y pasajeras.

El Perú es conocido comúnmente como 'la tierra de los incas', por el imperio precolombino que habitó los Andes. Pero el país más que andino es andinoamazónico, teniendo en cuenta que el 62% de su suelo pertenece a la selva amazónica. Un territorio de gran extensión, muy rico en biodiversidad y con materias muy atractivas escondidas bajo su tierra. La explotación de hidrocarburos y la minería en las regiones de la selva, donde habitan casi 400.000 indígenas nativos muchos en comunidades aisladas, se han convertido en uno de los tesoros más preciados para Lima.

Los indígenas volverán a protestar contra los decretos que violan sus territorios ancestrales

Tal y como asegura el Gobierno, Perú ha crecido en cifras macroeconómicas. 'Perú avanza', claman los carteles callejeros de la campaña mediática oficial: el crecimiento económico se elevó al 9% en 2007 y 2008, gracias a los altos precios de minerales y metales en el mercado mundial. Sin embargo, la riqueza no se tradujo en una reducción significativa de la pobreza en el país. Dos de cada cinco peruanos son pobres, esto es el 39,3% de los 28 millones de habitantes, según los últimos datos publicados en 2007 por el Instituto Nacional de Estadística e Informática sujetos a debate, apuntan algunas ONG. La población más afectada se concentra en las regiones andinas y selváticas, de mayoría indígena, aun cuando viven rodeadas de la rica industria minera y petrolera. Un 46% de la población amazónica no cuenta con ninguna cobertura sanitaria y tres de cada diez niños mueren antes de los 11 años por enfermedades infecciosas.

El movimiento indígena se mantiene atento sin bajar la guardia y con varios de sus líderes detenidos y exiliados, a la espera de una comisión de la verdad que investigue lo sucedido y encuentre responsabilidades, tanto políticas como penales. Aguardan con ansia también la aprobación de una ley que regularice el proceso de consulta previa. Pero la preocupación crece por los rumores que alertan sobre el traslado de los detenidos indígenas a los tribunales en Lima.

Organizaciones sociales peruanas, también el movimiento amazónico, presentaron en la ONU una denuncia de discriminación y racismo del Estado peruano con la población indígena. El ministro de Justicia, Aurelio Pastor, representó al Gobierno el pasado 3 y 4 de agosto ante el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de la ONU. Su intervención provocó estupor al responsabilizar a los indígenas, 'influenciados por radios y por la Iglesia católica', de las 34 muertes ocurridas en Bagua, y porque pidió ayuda para 'reparar la imagen del Perú' ante los inversionistas, dañada por las noticias sobre el conflicto amazónico. El dictamen del Comité, publicado hace unos días, amonestó al Estado peruano por su política poco 'participativa e incluyente'. Asimismo, dio la razón a los indígenas en su derecho de consulta previa, libre e informada ante cualquier concesión en sus territorios.

La tensión en el ring peruano crece por momentos. Las organizaciones indígenas quieren ahora reiniciar la protesta por el incumplimiento de los compromisos adquiridos por el Gobierno. Mientras, el indígena awajun, Santiago Manuin, se recupera en un hospital de las cuatro balas recibidas en Bagua, rodeado de cuatro policías que le vigilan.

 

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