¿Somos novios o somos panas?.
Entonces, después de cantar tanto sobre el amor y el desamor, llegamos al día de hoy. El lanzamiento de su último hit, 'El baño', cuenta una historia en la que Enrique ha aprendido algo esencial en esta vida: ahora sabe relativizar el amor ("si quieres algo serio, hay que ver mañana si somos novios o somos panas*"). *En América Latina es un derivado de "partner", "amigo/a".
El cantante ahora se deja llevar por el presente, no piensa en experiencias religiosas, ni sufre por la primera que pasa. Tiene claro que veinte años de intensidad con tantas idas y venidas son suficientes, quiere aplicar el lema "lo hacemos y ya vemos". Bien por él. Y el regreso de su gorra confirma un patrón elaborado a lo largo de dos décadas: si te fijas, la gorra aparece desde principios de los 2000 cada vez que canta sobre dudas e incertidumbre, y vuela cuando encuentra el amor. Dicho de otra manera, la gorra no es un accesorio, es un wingman, compañera de soltería, la amiga más fiel, LA VERDADERA PANA.
Pero su regreso en 2018 ya no es para rescatar a un Enrique que necesita compañía en el desamor, sino a un tipo que disfruta del momento nivel 'Súbeme la radio' que 'I like it' y 'Tonight I'm f...ing you'. Y que mejor somos panas.