Laura Pausini: “Hoy en día parece que los únicos objetivos son la fama y el dinero”

"La inmensa atracción" hacia el que pronto será marido. Su debut en el mundo la actuación. Su propio documental, de estreno hoy en Amazon Prime Video. Laura Pausini al fin ha conseguido conocerse a sí misma a fondo gracias a imaginar la vida que nunca llegó a vivir.
Laura Pausini en una imagen de 2021.
GettyImages

En la vida no se puede llegar al fondo de todo. Laura Pausini, por ejemplo, hasta ahora no había podido hacer las paces con la duda de qué habría sido de ella sin La soledad. Recuerda con claridad la primera vez que se hizo esta pregunta: fue la mañana del 28 de febrero de 1993, el día después de su victoria en San Remo, cuando aún no tenía 19 años. Proyectarse a sí misma en su propia imaginación fue un ejercicio que mantuvo en secreto hasta el 8 de marzo de 2020, momento en que, tras la cuarentena, una delegación de Amazon llamó a su puerta para tratar de convencerla de que hiciese una película y ella, en pleno amanecer tras una noche de insomnio, se dio cuenta de que se trataba de la oportunidad perfecta para poder desprenderse de aquella obsesión: la de ser otra Laura, “una Laura B”, aunque fuera solo durante el tiempo que dura una toma, e interpretar el papel de la persona que habría llegado a ser si su destino hubiese tomado otro rumbo. Les gustó la idea. "Se metieron de lleno", dice sin artificios ni pretensiones, al más puro estilo Pausini. Dos años después, Laura Pausini, un placer conocerte, la historia de lo que pasó y lo que no pasó, se estrena en Amazon Prime Video en 240 países.

Nuestra protagonista se encuentra elaborando la lista de invitados que acudirán al estreno que tendrá lugar en el Auditorium della Conciliazione de Roma. "El primero de la lista es Pippo Baudo, a quien todavía tengo un poco de miedo, en el buen sentido". Su voz se quiebra: Laura Pausini, con 47 años y casi 30 de carrera a sus espaldas, afortunadamente es incapaz de evitar emocionarse. El resto viene solo: la despreocupada sencillez con la que se recompone y vuelve rememorar los momentos en los que, mientras el gobierno confinaba Italia para librarse del Covid, ella abría su casa al director Ivan Cotroneo. "Pasó bastante tiempo aquí con nosotros porque quiso estudiarme, observar mis expresiones y movimientos y conocer mi día a día antes de escribir el guión con Monica Rametta y conmigo. Hubo momentos en los que no podía respirar por el entusiasmo que sentía al plasmar en el papel ciertos ‘dóndes y cuándos’. En mayo de 2021 empezamos a rodar y los verdaderos actores me decían cosas como ‘¡Se te da bien esto!’ y me preguntaban si había estudiado interpretación. Pero yo no estaba actuando: estaba haciendo lo que siempre me había imaginado".

¿Y cómo se había imaginado siempre a esa otra “Laura B”?
En primer lugar, pronuncia mucho la “s” porque nunca ha salido de Romaña; de hecho, le da un poco de miedo salir de su región. Ha abierto una tienda de cerámica después de haber probado suerte diferentes trabajos: como arquitecta, dependienta en una tienda de ropa infantil y maquilladora. Por las noches canta en los restaurantes de sus amigos. Es madre de un hijo adolescente que tuvo de manera inesperada.

De Marcello, ¿verdad?
De haber sido niño, mis padres me habrían llamado así. Lo descubrí de pequeña. Seguro que de haber tenido un niño habría optado también por ese nombre.

¿Lo eligió así para no herir la sensibilidad de Paola, su hija?
Obvio. Protegerla es mi prioridad. Ella lo ha aprobado y supervisado todo. Cuando le hablé de la película me dijo “Si no hubieras sido famosa y no hubieses conocido a papá, ¿entonces no te habrías enamorado de él?”.

En efecto, en Un placer conocerte no aparece su pareja, Paolo Carta. O, mejor dicho, no hay ningún “Paolo B”.
No quise buscar a nadie para que lo interpretara.

Parece un gesto de amor.
Lo es.

¿El director propuso alguna solución alternativa?
La primera fue la de ser una mujer divorciada, pero me negué, no sería propio de mí. La segunda: la hipótesis de la viuda.

¿Cuál fue su reacción?
¡Por el amor de Dios, qué cosa tan triste!

¿Y cuál fue la conclusión?
Le pedí a Iván que me dejara estar casada "de manera velada": Laura B lleva alianza, tiene un marido que no aparece y cada uno puede imaginárselo como quiera. De hecho, rodamos una pequeña escena que no se editó para evitar confusiones y eso me pesa un poco: había un momento en la alfarería en el que miraba la imagen en el ordenador de Paolo, el guitarrista de Eros Ramazzotti, y decía: "¡Qué guapo es! Tengo la sensación de que si nos conociéramos acabaríamos juntos”.

Cambiando de tema: ¿Se ha preguntado alguna vez cómo sería su vida sin él (pese a haber ganado en San Remo)?
Antes de conocerle tuve pocas relaciones, todas ellas largas y que terminaron con la misma pregunta desesperada: ¿qué será de mí ahora? Después de la última, y gracias a la ayuda de una psicóloga, aprendí una nueva forma de afrontar la soledad como resultado de aceptar que la presencia de otras personas en nuestra vida puede ser fugaz o duradera, pero nunca eterna. Es un discurso muy amplio, gigantesco, todavía abierto y que acepta la muerte, en la que ahora pienso cada día: me preocupa mucho no estar preparada. De todas formas, sé que lo mío con mi marido se puede acabar: puede que un día él se canse de mí o yo de él… dios mío, qué difícil. Sé que no me resultaría algo fácil de gestionar, soy un poco rencorosa, pero sacaría fuerzas para salir adelante. Pero que conste que haré todo lo que sea necesario para que se quede a mi lado. Antes de ser el hombre al que he amado durante 17 años y por el que siento una inmensa atracción, Paolo es el padre que quiero para Paola. Así que si alguna vez nos separamos, sé que no me habré equivocado. Creo que acabo de compartir una parte de mí que quizás nunca haya plasmado en una canción.


Se ha referido a él como su marido.
Y él dice que soy “su mujer”.

¿Ha llegado el momento de hacerlo oficial?
¡Podría estar manteniendo nuestro matrimonio en secreto! Mis padres estarían contentos si fuese capaz de no contarlo t-o-d-o, pero es sencillamente imposible: nací así, en el colegio era la bocazas y en catequesis la de las preguntas incómodas y embarazosa.

¿Nada de casarse en secreto, entonces?
Paolo me pidió matrimonio en 2012, en un bar frente al centro médico donde un mes después nos enteramos de que íbamos a tener a Paola. Por eso decidimos posponerlo: “cuando sea mayor portará los anillos”, nos dijimos.

Ahora tiene nueve años.
Y, de hecho, decidimos hacerlo el año pasado. Pero tenemos que buscar una nueva fecha por el Covid.

Hasta ahora siempre había dicho que, salvo que fuera necesario por razones burocráticas, prefería no casarse porque no tiene los mismos derechos que su mejor amiga, que es lesbiana y a la que le gustaría poder casarse con su pareja.
Las cosas han mejorado un poco en Italia.

¿Hay algún otro motivo más?
Paola nos ha preguntado por qué no estamos casados en alguna ocasión Le explicamos nuestra posición en defensa del colectivo de gays y lesbianas y nuestro deseo de esperar al momento adecuado. No es que no sueñe con un vestido blanco y una ceremonia -aunque no sea por la iglesia, Carta está divorciado-, sino que, como canto en Nuestro amor de cada día, que además se escucha en un momento de la película, “no necesito un documento para amar cada día”.

Pero la banda sonora principal de Un placer conocerte es Caja, que compuso junto a Madame.
No estaba planeado. No pensaba utilizar un tema inédito para la película: nos planteamos Yo si (Io sì), la banda sonora de La vida por delante con Sophia Loren, pero me parecía repetirme. Entonces, una noche, Francesca (cuyo nombre artístico es Madame) me envió esta canción. La compuso después de ver una publicación en mi Instagram en la que salía con mis antiguos compañeros de colegio y me anclaba felizmente a mi vida antes de ser famosa. No sabía nada de Un placer conocerte. Las coincidencias son algo rarísimo en nuestra profesión y a ellas les debo mis mayores golpes de suerte. Como pasó con La soledad: los autores de La soledad son dos contables de Milán a los que nunca he visto. Enviaron veinte composiciones a BMG, al departamento artístico que por aquel entonces buscaba nuevos éxitos y que ya no existe. Mi representante de entonces sacó unas treinta canciones de allí, entre ellas La soledad. Se titulaba Anna. “Anna se ha ido y nunca volverá”. La escuché y me dije “el tren se las 7:30, los deberes de matemáticas e inglés… esta es mi historia con Marco”. Cambiamos el nombre y poco más. Sucedió lo mismo con Caja.

¿Será también el primer single de su próximo álbum?
Llevo retraso con el disco pese a llevar ensayando canciones desde principios de 2020. Nunca antes he sacado un proyecto sin tener claro su concepto y por el momento no lo tengo.

Volvemos con Un placer conocerte: ahí el mensaje llega alto y claro.
Me gustaría conseguir explicar que sentirse realizado personalmente no está relacionado con el éxito.

Lo dice alguien que sí que lo tiene…
Es cierto. Pero yo no soñaba con hacerme famosa. Quería tocar en un piano-bar siendo mujer y en aquella época solo actuaban hombres en Romaña. No obstante, hoy en día parece que los únicos objetivos que se contemplan son la fama y el dinero. La clave es la motivación: a mí me motivaba cantar Destinazione paradiso tanto en San Siro como en los locales de Faenza. ¿Y si no lo hubiese conseguido? ¡Tampoco me iba a suicidar! Otro mensaje que quería transmitir alto y claro es el de que es importante saber que no se tiene un único sueño. Siempre he tenido varios planes B. Espero que sea igual para Paola.

¿La película no estaba especialmente pensada para usted?
Al principio fue un regalo para mí. Luego, tras ganar el Globo de Oro, con Italia ya remontando con respecto al Covid, mi hija me sorprendió diciéndome: "¡No soy tan buena como tú!". Y estalló mi miedo a ser demasiado grande para ella. Lo cierto es que no esperaba ganar el Oscar y cuando aquello se cumplió me alegré, pero Diane Warren, la autora de Yo si / Io sì (Visto), que estaba sentada en la mesa allí conmigo, se enfadó y no lo entendió. Para mí era la única manera de inculcarle el fracaso a Paola e incorporarlo a los mensajes de Un placer conocerte.

¿Qué haría si le pidiera que lo dejase todo?
Hubo un momento en el que pensé que podría pedírmelo. Pero ella tiene un carácter mucho más fuerte que el mío, es muy decidida.

¿Qué quiere ser de mayor?
Por ahora, actriz. Pero no descarto que siga nuestros pasos: canta y toca el piano. También baila, dibuja y escribe cuentos.

¿La disuadirá de seguir una vocación que, en palabras de Madonna, es puro masoquismo?
Me crie en una familia con un padre que quiso a toda costa que fuese cantante, pero que no me lo decía por miedo a influir en mí, y con una madre que ya me veía como farmacéutica pero no me puso trabas en ningún sentido. Este es el principio que sigo con Paola: el de cultivar muchos sueños. Si a los 18 años quiere cantar y no estudiar más, tendrá que pagarse las audiciones trabajando o viniéndose a las giras con nosotros.

¿No se plantea retirarse?
Ahora sí, ya empiezo a sentir el cansancio. No me gusta envejecer, me da miedo. Quizá por eso también hice la película, ahí se percibe un poco la melancolía de la normalidad que no tuve y que podría desear en un futuro. Todavía me quedan miles de cosas por hacer.

Incluido el Festival de Eurovisión, el próximo mes de mayo.
Acepté el desafío porque, después de 30 años de carrera, contar con nuevos alicientes supone una bendición. Y también para acercarme a la televisión. Y luego, para acercarse a la televisión. No tengo ansias de competir, no soy la entrenadora de nadie, estoy en Italia y comparto el escenario con dos amigos, Alessandro Cattelan y Mika. Evidentemente, cuando me lo propusieron no había una guerra y por primera vez en la historia del evento nos faltará una nación. Hay quien me dice que debería renunciar y yo sigo pensándomelo.

¿Y ya ha llegado a alguna conclusión?
El arte tiene una nueva responsabilidad: la de dar esperanza. Nuestro deber es el de ser radicalmente optimistas. O rigurosamente soñadores, más bien.

Ahora que al fin ha hecho las paces con la pregunta que durante tanto tiempo la asedió, ¿tiene alguna otra en la recámara?
Sí: ¿por qué yo?

Sus méritos son reconocidos en todo el mundo.
Fuera de Italia gusto por una razón: cuando canto, sienten que soy auténtica. Y alaban mi timbre de voz.

¿Y en Italia?
Recibo menos elogios y eso me hace sentir un poco mal.

¿Tiene material para una segunda película?
Repito: nunca tengas un único sueño.

Artículo original publicado por Vanity Fair Italia y traducido por Darío Gael Blanco. Accede al original aquí.

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