Pulso en Perú en torno al pedido de asilo en Uruguay del expresidente García

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Mientras Martín Vizcarra, el actual mandatario peruano, pide a Uruguay la cabeza de Alan García, el expresidente peruano pide amparo charrúa denunciando que existe persecución política en su país.

El gobierno peruano insiste en que no hay persecución política. "Suscribimos nosotros un acuerdo, el Acuerdo de Lima, donde nos comprometimos todos los presidentes a luchar frontalmente contra la corrupción. Esta corrupción que no reconoce fronteras y que por eso necesita el trabajo conjunto de los presidentes y jefes de estado para combatirla", declaró Martín Vizcarra frente a un grupo de periodistas.

Según José Luis Vargas, doctor en Ciencias Políticas por la Universidad Nacional de San Agustín en Arequipa, “no estamos hablando de un personaje político cualquiera, estamos hablando de alguien con mucha influencia, mucho poder. El país está muy crispado porque siente que está siendo traicionado por un personaje que muchos consideran como nefasto para el país, pero también hay otra parte del país con una mayoría muy amplia que lo apoya. Eso va a abrir otro panorama de desventaja para el gobierno”.

Una situación parecida a un juego de ajedrez, puesto que si Uruguay acepta el pedido de asilo, en cierta manera está convalidando lo que dice Alan García cuando denuncia que en Perú existe una persecución política.

“De ser aceptada la solicitud de Alan García, eso automáticamente colocaría al actual gobierno de Vizcarra como un gobierno violatorio del Estado de derecho”, comenta José Luis Vargas.

Alan García es investigado por presuntamente haber favorecido a la constructora brasileña Odebrecht en la licitación de la línea 1 del Metro de Lima, motivo por el que tiene impedida su salida de Perú por un periodo de 18 meses.

Entrevistado: José Luis Vargas, doctor en Ciencias Políticas por la Universidad Nacional de San Agustín en Arequipa.